viernes, 2 de febrero de 2024

del WALL STREET JOURNAL

 

EL EMBROLLO MESO-ORIENTAL DE BIDEN
TRADUCIDO POR Marcela Lubczanski
Para evitar más bajas, Estados Unidos necesita una estrategia coherente hacia la región, y una Armada más grande.
Por Seth Cropsey
Enero 30, 2024
El ataque del domingo contra las fuerzas estadounidenses en Jordania que mató a tres soldados, es el resultado predecible de meses de evitar la escalada. Armados sólo con misiles de imitación de los chinos y rusos, los huzíes y otros satélites respaldados por Irán han colocado a Estados Unidos en una posición estratégica precaria en el Medio Oriente. El fracaso de los aliados de Estados Unidos en dar un paso adelante y ayudar a contrarrestar la amenaza destacan la falta de credibilidad de la administración Biden en la región, una que finalmente llevó a un gran ataque contra activos de EE.UU. en la región, tres soldados muertos, y otras dos docenas más heridos. Una resurrección del poder estadounidenseespecialmente poder navales la única forma de restaurar esa credibilidad, junto con una campaña aérea-naval que en verdad degrade la capacidad de combate iraní.
Washington estuvo lleno de conversación dura en los días después del 7 de octubre. Ese discurso dio camino casi de inmediato a declaraciones publicas dirigidas a apaciguar al ala izquierda del Partido Demócrata y a suavizar las sensibilidades heridas de los remanentes anti-Israel de Obama en la administración. El presidente y su equipo enseguida estuvieron hablando abiertamente de frenar a Israel. 
Hoy, con una serie de filtraciones y declaraciones fuera de registro pintando al primer ministro israelí Benjamin Netanyahu como un belicista, la administración está tratando de restringir a Israel a través de la manipulación política.
La política hacia Gaza del Presidente Biden es un desastre inconsistente que persistentemente entiende la ecuación estratégica al revés, minando su credibilidad ante los ojos de los aliados. La administración piensa que todo en el Medio Oriente está poco relacionado. Este malentendido permite a Estados Unidos insistir en que la cuestión palestina es central para la estabilidad estratégica meso-oriental. Lleva a Estados Unidos a tratar de restringir a Israel para que no tome acción contra los satélites iraníes en el Levante, los que en la visión pública de la Casa Blanca, tienen poco que ver con la violencia actual en Gaza. Los huzíes son considerados bizarros y problemáticos, pero finalmente un espectáculo secundario. 
Una lectura realista de la región cuenta una historia diferente. Irán esta dirigiendo al Eje de la Resistencia—Hezbollah, Hamas, los huzíes y varias milicias iraquíespara presionar a Estados Unidos e Israel. Los huzíes y Hamas son dos partes de una estrategia iraní para minar el poder israelí y eyectar a Estados Unidos del Medio Oriente. El trabajo de Hamas es abrir una brecha entre Israel y Estados Unidos mientras los huzíes arruinan el comercio global y acosan a las fuerzas estadounidenses.
Después de semanas de provocación huzí, Estados Unidos finalmente respondió ensamblando la Operación Guardian de la Prosperidad, una operación para escoltar la navegación del Mar Rojo. Los combatientes estadounidenses, con apoyo simbólico de Reino Unido, atacaron objetivos huzíes el 11 de enero. El acoso en el Mar Rojo continuó, así que Estados Unidos los atacó nuevamente el 23 de enero.
Este enfoque iba a mantener una tapa sobre las cosas hasta que Irán tomara represalias. El ataque en Jordania puede ser seguido por una gran salva de misiles crucero antibuque disparada a barcos estadounidenses y aliados, o ataque con misiles contra Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos. Ningún país se ha unido a Guardián de la Prosperidad, tampoco lo ha hecho alguna otra potencia árabe aparte de Bahrein.
Los estados árabes claramente no quieren una guerra regional que causaría enormes flujos de refugiados, asfixiaría los mercados de energía globales, y dañaría potencialmente a sus propias sociedades e infraestructura. Pero EE.UU. podría fácilmente y rápidamente degradar la capacidad militar de los huzíes, especialmente si colocara otro portaaviones en la región. Estados Unidos podría también desplegar rápidamente activos de defensa aérea para Arabia Saudita y llevar tripulaciones estadounidenses para que operen los sistemas Patriot del ejército saudí. Si Irán fuera a responder en otro lado, Estados Unidos podría simplemente expandir su campaña, atacando objetivos en Siria o atacando objetivos navales iraníes.
Una política más asertiva no llevaría inmediatamente a la des intensificación, pero recortar las capacidades ofensivas primordiales de Irán lo obligaría a cambiar su línea de tiempo estratégica. Esto permitiría a EE.UU. volver a consolidar su posición regional sobre terreno firme. Más crucialmente, el compromiso estadounidense significativo y demostrado con la seguridad regional podría inducir a los aliados que están observando como Arabia Saudita y los EAU a tomar una elección. Lamentablemente, el actual presidente no tiene interés en la asertividad, y los aliados aparentes de Estados Unidos están dejando de lado el conflicto. Los frutos del manejo de la escalada están ahora en plena exhibiciónen ausencia de una respuesta, habrá más ataques.
La incapacidad de la administración Biden para cortar los ataques huzíes contra la nación es un bochorno, uno que ya ha llevado a la escalada. Envía una señal de debilidad estadounidense a los actores malos en todo el mundo. Atacar los activos iraníes en Siria, usando a las fuerzas aéreas-navales de Estados Unidos ya desplegadas al Medio Oriente, castigaría directamente a los satélites que han atacado activos estadounidenses y aliviaría la presión en el Levante occidental. 
En este punto es necesario un ejército mucho más grande para disuadir múltiples contingencias. Estados Unidos necesita una acumulación militar similar a la del periodo entre guerras, incluyendo inversiones a gran escala en construcción de barcos y producción de municiones, programas de extensión de vida para los elementos de la flota, y la creación de buques de guerra nuevos y más chicos adecuados para misiones de nivel inferior tales como escoltar caravanas en el Mar Rojo. Una Armada más grande no remediaría la política del Sr. Biden de evitar la escalada. Pero proporcionaría a los futuros presidentes las herramientas necesarias para que Estados Unidos siga siendo la potencia militar dominante del mundo.
Para evitar más bajas, Estados Unidos necesita una estrategia coherente para la regióny una Armada más grande.
El Sr. Cropsey es el presidente del Instituto Yorktown. Se desempeñó como oficial naval y como subsecretario adjunto de la Armada

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