Aviva Siegel ha pasado el año pasado luchando por la liberación de su esposo, Keith, tras ser liberada en noviembre de 2023. Ahora, cuando él regresa a casa después de más de un año en cautiverio de Hamás, sigue sin saber que su hijo, a quien creía muerto, está de hecho vivo.
Su liberación marca un momento significativo en las negociaciones en curso por los rehenes que aún se encuentran en poder de la organización terrorista. Aviva y Keith Siegel, residentes desde hace mucho tiempo del kibutz Kfar Aza, fueron secuestrados de su casa el 7 de octubre de 2023, cuando terroristas de Hamás lanzaron un brutal ataque contra comunidades israelíes cerca de la frontera con Gaza. La pareja fue obligada a subir a su propio vehículo y llevada a la Franja de Gaza. Aviva fue liberada como parte de una tercera ronda de intercambios de rehenes, pero Keith permaneció en cautiverio hasta el sábado.
Desde su liberación, Aviva ha hablado públicamente sobre el tormento que sufren los rehenes en cautiverio de Hamás, describiendo las condiciones inhumanas y el trauma psicológico infligido a los retenidos bajo tierra en túneles debajo de Gaza. "Nos trasladaron a 13 lugares diferentes, tanto sobre la superficie como bajo tierra, durante los 51 días que estuve allí", recordó en una entrevista con Israel Hayom. "En una ocasión, nos colocaron en un túnel donde no había aire. No podíamos hablar. Apenas podíamos respirar".
Aviva describió momentos de puro terror cuando ella y Keith creyeron que no sobrevivirían. "Recé para morir primero y no tener que ver a Keith morir delante de mí", dijo en una entrevista separada con KAN. "Cada día era una lucha por la supervivencia. No había aire ni luz. Nos enterraban vivos".
La pareja había construido su vida juntos durante cuatro décadas en Kfar Aza, donde criaron a sus cuatro hijos y dieron la bienvenida a cinco nietos. Su hija menor, Shir, describió anteriormente el amor de sus padres por el kibutz, diciendo: "Se mudaron allí hace más de 40 años y se enamoraron del lugar. Se convirtió en su hogar y construyeron allí su familia".
La liberación de Aviva en noviembre trajo algo de alivio a la familia, pero su lucha estaba lejos de terminar. Durante más de un año, hizo campaña incansablemente por el regreso de Keith, participando en manifestaciones, hablando ante funcionarios del gobierno y pidiendo a los líderes mundiales que garanticen la liberación de todos los rehenes. Viajó al extranjero y se reunió con el presidente estadounidense Joe Biden y otros funcionarios de alto nivel para presionar a favor de más esfuerzos diplomáticos. "Nunca dejaré de luchar hasta que toda nuestra gente esté en casa", declaró en un mitin en Tel Aviv a principios de este año, según The Jerusalem Post.
En los meses posteriores a su liberación, Aviva también se convirtió en una defensora vocal de las mujeres jóvenes que aún se encuentran en poder de Hamás. Hablando ante la Knéset, testificó sobre el abuso sexual y la violencia física que sufrieron las rehenes femeninas. "Estas niñas fueron convertidas en marionetas para sus captores", dijo en un emotivo discurso cubierto por Haaretz. "Estaban vestidas con ropa ajustada, obligadas a soportar humillaciones que ningún ser humano debería sufrir jamás. No debemos olvidarlas".
Cicatrices físicas y emocionales
Mientras Keith se reúne con su familia, su calvario está lejos de terminar. Las cicatrices físicas y emocionales que dejó más de un año en cautiverio tardarán en sanar. "Estoy más que agradecida de que Keith haya vuelto", dijo Aviva en una declaración al Canal 12. "Pero nuestra lucha no ha terminado.
Demasiados siguen allí, viviendo en la oscuridad, sufriendo lo inimaginable. Debemos traerlos a todos a casa".
Las circunstancias que rodearon la liberación de Keith siguen sin estar claras, y los funcionarios israelíes continúan las negociaciones para asegurar el regreso de otros rehenes. El gobierno israelí ha prometido intensificar sus esfuerzos militares y diplomáticos para garantizar que ningún ciudadano israelí permanezca cautivo de Hamás.
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