lunes, 13 de enero de 2025

DEL WSJ (Extractado)

 LIBANO ELIGE NUEVO PRESIDENTE EN SEÑAL DE LA INFLUENCIA MENGUANTE DE HEZBOLA

Aporreado por la guerra con Israel, el grupo apoyado por Irán ha cedido terreno localmente.

Por Stephen Kalin y Adam Chamseddine
Enero 9, 2025
traducida por 
Marcela Lubczanski


El parlamento de Líbano eligió como presidente a un general entrenado por EE.UU., terminando una vacante de dos años en una señal de la influencia menguante de Hezbola luego de una guerra sangrienta con Israel y el debilitamiento del patrón iraní del grupo.
Después de obstruir la elección de cualquier otro candidato retirándose de una docena de sesiones anteriores y privando así de quorum al parlamento, Hezbola y sus aliados votaron el jueves en favor del General Joseph Aoun como el próximo presidente del país, de acuerdo con un legislador de Hezbola. El 99% de los 128 miembros del parlamento votaron por Aoun en la segunda ronda de votación, de acuerdo con el presidente del parlamento. En la primera ronda, Hezbola no votó por Aoun, lo cual dijo era un mensaje que su consentimiento era todavía necesario. 
Aoun, quien ha dirigido el ejército libanés desde el año 2017, asume el poder cuando el país parece recoger los pedazos del bombardeo intensivo e invasión de partes del sur de Líbano por parte de Israel que lanzó en respuesta a los ataques de Hezbola.
“Prometo ejecutar mi rol como el jefe de las fuerzas armadas para insistir en el derecho del estado a tener un monopolio sobre las armas," dijo Aoun al parlamento al ser electo.
Los rivales libaneses de Hezbola se oponen a su uso de la fuerza fuera de la ley y lo acusan de debilitar o cooptar las instituciones estatales. Hezbola dice que sus armas son necesarias para enfrentar a Israel y proteger a Líbano, cuyo ejército nacional dirigido por Aoun es relativamente débil. 
La falta de un presidente en Líbano lo ha dejado con un gobierno interino, un vacío que ha empeorado la crisis económica de cinco años del país, la que el Banco Mundial dice es una de las peores en los últimos 150 años. Las instituciones gubernamentales ya fueron vaciadas por años de corrupción y estancamiento político. El ejército nacional, que recibe algo de ayuda de Estados Unidos, era más débil que Hezbola antes de la guerra del último año. 
Los principales partidos políticos de Líbano habían sido incapaces de concordar en un nuevo presidente desde que el líder anterior abandonó el cargo al final de su mandato en el año 2022. La administración Biden comenzó a presionar el año pasado para sacar ventaja del debilitamiento de Hezbola a partir de los ataques israelíes para quebrar el punto muerto político, una medida que algunos gobiernos árabes rechazaron como poco realista y peligrosa. 
El enviado especial de EE.UU., Amos Hochstein, quien visitó Líbano esta semana para apoyar a Aoun, llamó a su elección "un paso hacia la paz, seguridad y estabilidad."
Hezbolah, una milicia y partido político musulmán chií, y sus aliados habían bloqueado previamente la elección de cualquier candidato que ellos no respaldaran. El grupo fue fundado con respaldo iraní en respuesta a una invasión israelí anterior de Líbano en 1982, volviéndose finalmente la fuerza armada dominante del país y un actor político indispensable.
El apogeo del poder de Hezbola dentro de Líbano llegó alrededor del año 2016, cuando impuso su elección como presidente, Michel Aoun, quien no está relacionado con el nuevo líder. Esa fue la primera vez que el grupo chií movió la balanza en llenar el puesto, el cual en virtud de acuerdos políticos de largo tiempo es siempre llenado por un cristiano maronita, mientras que el primer ministro es un suní y el presidente del parlamento es un chií.
Pero el año pasado, Israel eliminó a mucho del alto liderazgo de Hezbola, desplegó buscapersonas con explosivos que mataron e hirieron a miles de miembros, y bombardeó pesadamente áreas donde el grupo tenía apoyo y una presencia fuerte, especialmente en el sur y este del Líbano.
El poderío de Hezbola ha sido también diluido por la disminución de la influencia iraní a lo largo de la región, incluido el derrocamiento el mes pasado del dictador sirio Bashar al-Assad, a quien Teherán y Hezbola habían ayudado a apuntalar durante años. El ejército de Siria intervino en la guerra civil de Líbano en 1975 y luego ocupó el país hasta el año 2005, en cuyo punto Hezbola estaba en ascenso.
Israel, Irán y Arabia Saudita, la cual ha utilizado históricamente su riqueza petrolera para ayudar a dar forma a la trayectoria política y económica de Líbano, felicitaron a Líbano al llenar la vacante presidencial.
El estatus en declive de Hezbola en Líbano ha sido visto en otras formas, aparte de la elección presidencial, en la cual el candidato preferido del grupo, Suleiman Frangieh, se bajó en el último minuto y dio apoyo a Joseph Aoun, quien tiene 60 años.
En diciembre, tres activistas pro-Hezbola fueron detenidos luego que una demanda legal presentada contra ellos por un canal local de televisión acusándolos de difamación e intimidación. Los legisladores del grupo, el cual hace mucho tiempo ha usado su influencia para proteger calladamente a los miembros del enjuiciamiento por parte del estado, fueron forzados a protestar fuera de las agencias de seguridad estatal para asegurar la liberación de los hombres. A un legislador veterano, Ibrahim Mousawi, le fue incluso negada la entrada a la protesta por parte de las fuerzas de seguridad.
La semana pasada, pasajeros llegando a Beirut en un avión comercial iraní fueron inspeccionados minuciosamente después que las autoridades libanesas sospecharon que el vuelo estaba transportando dinero para Hezbola, de acuerdo con las autoridades libanesas. El Ministro del Interior, Bassam Mawlawi, defendió la inspección como algo de rutina e hizo hincapié eu que la seguridad del aeropuerto libanés enfrentaría cualquier intento por contrabandear fondos ilícitos dentro del país.
Hay también señales de descontento dentro de la propia base de apoyo de Hezbola, con algunas personas quejándose en redes sociales acerca de los cheques miserables que han recibido del grupo para ayudar a reconstruir las casas destruidas por el bombardeo israelí.
Un acuerdo de cese del fuego en noviembre que calmó meses de derramamiento de sangre transfronterizo ha sido tensado por presuntas violaciones a ambos lados. En virtud de los términos del acuerdo, las fuerzas israelíes se supone que se retiren por completo en menos de tres semanas y sean reemplazadas por tropas del ejército libanés bajo el control de Aoun.
Aunque Hezbola ha sido disminuido, mantiene poderes letales y la capacidad de intimidar a sus rivales libaneses, dijo un alto diplomático estadounidense la semana pasada. 
“Ellos no cederán fácilmente sus poderes coercitivos, pero sus lugares de apoyo han sido desgastados constantemente," dijo el diplomático. “Irán no es el coloso que domina la región que a mucha gente le parecía que era hace dos años, y todo eso está teniendo un efecto dominó sobre Hezbola...y el cambio en Siria en sí mismo pienso que simplemente va a causar una serie de olas que sacuden a su disminuido barco.”
Lo que queda de Hezbola ha perdido el poder de veto que ejerció sobre la política libanesa durante los últimos 20 años, dijo Rym Momtaz, un analista de seguridad en el Carnegie Endowment for International Peace, una think tank en Washington.
“Los partidos políticos libaneses tienen una oportunidad histórica de romper con décadas de órdenes sirias. Pero a fin de ser exitosos, también tendrán que entender que hay una necesidad de reformas muy profundas y que las cosas no pueden seguir como estaban," dijo Momtaz.
Aoun, quien confrontó exitosamente al Estado Islámico y a un afiliado de al Qaeda en Líbano hace una década, asume en un momento precario. Cualquiera visto asumiendo el poder como resultado de los ataques de Israel contra Líbano podría enfrentar la reacción del público y las fuerzas políticas rivales, dijeron los analistas políticos y diplomáticos.
Los analistas dicen que Aoun ganó popularidad entre muchos libaneses por su manejo de la militancia islamista en el apogeo de la guerra civil siria vecina y más tarde por permitir las protestas contra la élite política en el 2019. El también tiene buenas relaciones con Estados Unidos, Francia y Arabia Saudita—históricamente algunos de los donantes más grandes de Líbano.
Hay también temores que los esfuerzos por parte de otros partidos libaneses por desarmar a Hezbola podría llevar a combates internos en un país que sufrió una guerra debilitante de 15 años que finalizó en 1990. Muchas de las facciones políticas del país son lideradas por ex señores de la guerra de ese conflicto.
La guerra civil renovada es improbable, de acuerdo con los analistas, pero los enfrentamientos e inestabilidad siguen siendo una posibilidad real.
“El factor miedo persiste, aun cuando ellos están dramáticamente debilitados,” dijo David Schenker, quien fue el principal funcionario para Medio Oriente del Departamento de Estado bajo la primera administración Trump. "Hay también una preocupación acerca del resurgimiento de Hezbola, que ellos van regresar de alguna manera," dijo Schenker, ahora miembro del Washington Institute for Near East Policy.

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