DEL WSJ

 ANEXAR PARTES DE GAZA ES LA FORMA DE DESATAR EL 'INFIERNO' SOBRE HAMAS

Al grupo terrorista no le importan las vidas palestinas. Perder territorio sería una humillación.

Por Amit Segal

Enero 8, 2025

traducida por 

Marcela Lubczanski

El presidente electo Trump envió un mensaje inequívoco a Hamas en una publicación en Truth Social el 2 de diciembre: "Si los rehenes no son liberados antes del 20 de enero del 2025, la fecha en que yo orgullosamente asumo el Cargo como Presidente de los Estados Unidos, habrá UN PRECIO MUY ALTO A PAGAR en el Medio Oriente, y para los que están a cargo que perpetraron estas atrocidades contra la Humanidad. Los responsables serán golpeados más duro de lo que nadie haya sido golpeado en la larga y legendaria Historia de los Estados Unidos de América.”

Faltando apenas una semana y media hasta la asunción del Sr. Trump, surge la pregunta: ¿Cómo puede ser desatado el infierno en el infierno?

Recientemente visité Jabalia, al norte de Ciudad Gaza, la que antes de la guerra actual era una de las áreas más densamente pobladas del Medio Oriente y una fuente de gran orgullo para Hamas. Hoy, Jabalia está en ruinas. La mayoría de los residentes prestaron atención a las órdenes repetidas del ejército israelí de evacuar. Jaurías de perros hambrientos deambulan por las calles desoladas.

Las Fuerzas de Defensa de Israel desataron el infierno en Gaza. La mayoría de la franja ha sido diezmada por las bombas israelíes. Pero la población todavía no se está levantando contra Hamas, el régimen que trajo esta catástrofe sobre ellos. ¿Qué bien haría otra andanada de explosivos? No hay beneficio en convertir a decenas de miles más de gazatíes en refugiados. La población de refugiados de Gaza ya está inflada, ya que el estátus de refugiado se extiende no sólo a los que perdieron sus casas en la Guerra de Independencia de 1948 de Israel, sino también a sus descendientes.

Hamas ve el sufrimiento del pueblo gazatí como un beneficio, no un costo. Los terroristas que localizan sus cuarteles generales en hospitales, escuelas y jardines de infantes lo hacen no sólo para protegerse de posibles ataques sino también para aprovechar la muerte inevitable de civiles para propaganda: Más muerte equivale a más empatía mundial. Hamas también roba la ayuda humanitaria de sus propios ciudadanos y luego vende alimento a precios exorbitantemente elevados a una población hambrienta. Más sufrimiento civil no cambiará la falta de preocupación de Hamas por el bienestar de los gazatíes.

El Sr. Trump debería tomar dos medidas. La más urgente es detener la confiscación sistemática por parte de Hamas de la ayuda humanitaria que Israel envía a Gaza. La administración Biden ha pasado 15 meses presionando a Israel para que continúe su provisión de ayuda a Gaza a pesar de las garantías del Secretario de Estado Antony Blinken en el inicio de la guerra que Estados Unidos trabajaría para evitar que la ayuda caiga en las manos de Hamas. El Sr. Trump debería honrar la promesa del Sr. Blinken y pedir la transferencia de ayuda sólo por medio de soldados de las FDI o entidades privadas con la capacidad de repeler a los terroristas de Hamas. Sin la capacidad de robar la ayuda y explotar a su población hambreada, Hamas estaría en gran riesgo de colapsar al cabo de semanas.

Otra medida estratégica sería permitir a Israel anexar partes de la Franja de Gaza. En el Medio Oriente, nada daña más que la pérdida de territorio. En el dialecto palestino del árabe, sumud, o la “firmeza,” está asociada estrechamente con el concepto de apego a la tierra. El territorio es la moneda más preciada y estable en la región. El peor resultado de una guerra destinada a conquistar a Israel sería que Israel termine con más territorio que cuando empezó. 

En 1948, después que Israel declaró su independencia en concordancia con un mandato de las Naciones Unidas, cinco naciones árabes declararon la guerra contra el estado judío. Israel ganó y anexó más de 2,000 millas cuadradas que originalmente habían sido designadas para los árabes. En 1967, Egipto, Siria y Jordania buscaron destruir a Israel, sólo para que Israel emerja victoriosa y tome control de tierra de los tres países. 

Hoy, el mundo demanda que Israel se retire a sus fronteras originales después de todo conflicto que gana. ¿Es sorprendente que los agresores traten repetidamente de destruir al estado judío, sabiendo que ellos enfrentan de poca a ninguna amenaza de pérdida de territorio? Este status quo debe cambiar.

No hay nada sagrado acerca de las fronteras de Gaza, las cuales fueron creadas en 1949 para marcar la línea de separación entre Egipto e Israel. Gaza estuvo bajo control de Egipto hasta 1967, y fue controlada por Israel hasta el año 2005, cuando el estado judío se retiró unilateralmente. 

Hay una clara justificación de seguridad para achicar las fronteras de Gaza: Anexar un perímetro de 1 milla alrededor de Gaza crearía una zona de contención entre el territorio gobernado por Hamas y las comunidades israelíes que Hamas atacó brutalmente el 7 de octubre. La zona debería también incluir una franja de 3 millas junto a la frontera norte de Gaza, la cual fue el sitio de asentamientos israelíes antes que Israel se retirara y Hamas las convirtiera en bases terroristas.

Las fronteras del Medio Oriente fueron trazadas arbitrariamente en el siglo XX por diplomáticos europeos que representaban a las potencias coloniales. Esto contribuyó a cerca de un siglo de violencia sanguinaria, ya que las fronteras artificiales no pueden proteger a las naciones de las tribus en conflicto. La caída de Bashar al-Assad en Siria es apenas el ejemplo más reciente de agitación tribal en un país meso-oriental.

Durante el primer mandato del Sr. Trump, él señaló su apertura a repensar el Medio Oriente reconociendo tanto la anexión de los Altos del Golán por parte de Israel como alguna forma de soberanía israelí sobre los asentamientos judíos en Judea y Samaria. El Sr. Biden, por su parte, permitió tácitamente que las FDI crearan una zona de contención en partes del sur de Siria. El Sr. Trump puede extender este enfoque hacia Gaza para señalar que el terrorismo no rinde frutos. Este cambio de mapa podría representar un avance significativo hacia la paz en el Medio Oriente.

El Sr. Segal es el principal comentarista político en el Noticiero de Canal 12 de Israel y autor de "La Historia de la Política Israelí."

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