SUDAFRICA NECESITA EL TRATAMIENTO DE TRUMP
El Congreso Nacional Africano (CNA) ha sido demasiado amistoso por demasiado tiempo con los enemigos de Occidente.
traducida por Marcela Lubczanski
Por Mark Dubowitz y Elaine Dezenski
Enero 10, 2025
Cuando la gente piensa en Sudáfrica, probablemente piensen en el legado de igualdad y democracia de Nelson Mandela. Pero hoy el país está virando peligrosamente el rumbo. Tres décadas de gobierno del Congreso Nacional Africano han dado corrupción, colapso económico y un alineamiento alarmante con los enemigos de Estados Unidos—China, Rusia, Irán e incluso Hamas. Afortunadamente, el presidente electo Trump tiene una oportunidad dorada de reorientar la política estadounidense hacia Sudáfrica y el continente entero antes que un socio crucial se deslice más dentro del bando enemigo.
¿Por qué Sudáfrica, habiendo escapado del apartheid para defender la libertad, se alinearía con dictadores y terroristas? La respuesta radica en el alineamiento histórico del CNA con la Unión Soviética durante el apartheid, lo cual produjo una ideología anti-occidental y política exterior duraderas. Bajo el CNA, Pretoria ha fomentado durante mucho tiempo las relaciones con organizaciones terroristas y regímenes que se oponen a Estados Unidos, abarcando desde la Organización para la Liberación de Palestina a la Cuba de Fidel Castro.
Esta visión del mundo ahora sirve para apuntalar a un gobierno que está perdiendo su control sobre el poder local mientras lucha con las acusaciones de corrupción. En el año 2022, la Comisión de Investigación Judicial independiente de la Captura Estatal de Sudáfrica publicó miles de páginas de conclusiones, dando a entender corrupción en los niveles más altos de gobierno.
Mientras intenta permanecer en el poder, el CNA se apoya en el respaldo financiero y político de los enemigos de Estados Unidos para correr la culpa por sus fracasos, describir a los críticos como imperialistas, y mantener el control.
Hoy, la lista de socios cuestionables del CNA incluye a Rusia, China e Irán—los principales estados patrocinantes de terrorismo en el mundo. En el año 2023, Sudáfrica organizó simulacros navales con Rusia y China. Ese año, los funcionarios también dejaron que un avión ruso aterrice en una base aérea sudafricana, aun cuando éste estaba bajo sanciones estadounidenses por suministrar armas al ejército ruso. El CNA también se ha unido al bloque de comercio estratégico anti-occidental BRICS de Rusia y China, el cual fue organizado para disminuir la fuerza de la influencia occidental, incluyendo de las sanciones económicas.
Con Teherán, mientras tanto, Pretoria está fortaleciendo la cooperación económica y comercial de largo tiempo de los dos países. Sudáfrica sigue siendo un comprador principal en Africa de materias primas iraníes, y Teherán está invirtiendo tanto capital como conocimientos técnicos en las refinerías de petróleo sudafricanas. Pretoria ha apoyado durante mucho tiempo la entrada de Irán al BRICS, legitimando más a la dictadura islamista en la escena internacional.
El CNA también ha construido una relación cálida con Hamas, recibiendo a múltiples delegaciones del grupo terrorista durante los últimos 10 años. El presidente sudafricano Cyril Ramaphosa dijo que el ataque del 7 de octubre de los yihadistas contra Israel fue una respuesta a un "gobierno represivo que ha ocupado su tierra," y Pretoria llevó el caso reciente ante la Corte Internacional de Justicia acusando a Israel de genocidio. El CNA también ha permitido que Sudáfrica se convierta en un refugio para la financiación del terrorismo.
Las alianzas de los autoritarios con Pretoria son una amenaza para los intereses estadounidenses. Los vastos depósitos de minerales cruciales de Sudáfrica como manganeso y platino son esenciales para las industrias estadounidenses desde energía renovable a electrónica. Si Beijing o Moscú obtienen control de estos recursos, la seguridad económica y estratégica de Estados Unidos de América sufrirá un duro golpe.
Africa se está volviendo un campo de batalla para la influencia global. Para el 2050 el Continente será hogar de un cuarto de la población y fuerza de trabajo del mundo. A pesar de su declive, Sudáfrica sigue siendo la nación más industrializada de Africa y actualmente detenta la presidencia del G-20. La influencia en Pretoria es vital para impedir que los enemigos de Estados Unidos desestabilicen el orden internacional.
Afortunadamente, el control del poder por parte del CNA se está debilitando—dando al Sr. Trump una oportunidad. En el 2024 el CNA perdió su mayoría parlamentaria por primera vez desde 1994. Aunque el partido retiene la presidencia y puestos ministeriales claves, ahora gobierna el parlamento en un gobierno de coalición con lo que anteriormente fue su oposición principal la Alianza Democrática liberal y pro-empresas. Las encuestas muestran que casi dos tercios de los sudafricanos favorecen esta coalición por sobre el gobierno mayoritario del CNA.
El Sr. Trump debería aprovechar esta rara oportunidad de detener la caída de Sudáfrica dando un ultimátum: Estados Unidos apoyará el crecimiento del país a través de inversiones y diplomacia, pero el alineamiento continuado con China, Rusia, Irán, y Hamas traerá rápidas consecuencias. Si el gobierno persiste con su política exterior temeraria, el Sr. Trump debería considerar cortar los beneficios comerciales estadounidenses, aislando diplomáticamente a Pretoria, e imponiendo sanciones contra los líderes del CNA que se alíen con los adversarios de Estados Unidos y se involucren en corrupción.
Boxeador durante su juventud, Nelson Mandela sabía que las victorias reales demandan entrar al cuadrilátero. Washington debe hacer lo mismo protegiendo la democracia, recursos estratégicos y pueblo de Sudáfrica de la influencia de los enemigos de Estados Unidos. Estados Unidos necesita una Sudáfrica libre y próspera alineada con nuestros intereses, no una sirvienta de los islamistas y dictaduras hostiles.
El Sr. Dubowitz es CEO de la Foundation for Defense of Democracies. La Srta. Dezenski es directora principal y directora del Centro sobre Poder Económico y Financiero de la fundación.
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