sábado, 18 de enero de 2025

 

El acuerdo para la devolución de los rehenes: entre la esperanza y el peligro.

El acuerdo para devolver a los rehenes que han estado cautivos y torturados durante más de un año es, sin duda, un tema que despierta emociones encontradas.
  • Por un lado, lo que más deseamos es que nuestros seres queridos vuelvan a casa, que se devuelvan incluso los cuerpos de los fallecidos, y que podamos finalmente encontrar algo de paz en nuestros corazones.
  • Por otro lado, este acuerdo plantea un enorme riesgo: cada fase de este intercambio significa la liberación de prisioneros palestinos, incluyendo a terrorist@s.
  • En la primera fase, se liberarán 33 rehenes, pero el precio será la excarcelación de 2,000 prisioneros.
  • Esto no solo genera una profunda preocupación por el futuro, sino que también parece una estrategia peligrosa que podría alimentar aún más el ciclo de violencia.
  • Sabemos que muchos de estos prisioneros no son simples detenidos, sino personas con un historial de acciones que han puesto en riesgo nuestras vidas y nuestra seguridad.

¿Estamos dispuestos a pagar este precio por la libertad de nuestros cautivos?

Claro que sí. La vida de cada rehén vale más que cualquier cálculo político.
  • Sin embargo, no podemos ignorar que este tipo de acuerdos pueden sentar precedentes peligrosos.
  • Al liberar a terrorist@s en cada fase, ¿no estamos incentivando a que estas prácticas de secuestro se perpetúen en el futuro? Cada decisión como esta parece acercarnos más a un abismo de incertidumbre.

Queremos paz.

Queremos que nuestros rehenes regresen, que nuestras familias dejen de llorar en silencio y que el dolor de esta situación termine de una vez por todas.

Pero también queremos un futuro seguro, donde la paz no se vea constantemente amenazada.

  • Este acuerdo, aunque nos da esperanza, también nos deja con la sensación de estar atrapados en una locura peligrosa, donde cada paso hacia adelante parece traer consigo un eco de riesgo y dolor.
  • Es un dilema que parte el alma y el corazón, pero que nos recuerda una verdad irrefutable: la paz no solo se encuentra en las negociaciones, sino en el esfuerzo constante de construir un mundo donde estos acuerdos ya no sean necesarios.
Shavuah tov. Que sepamos de buenas noticias
Reina Benarroch Garzon
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