Jerusalén no es solo una ciudad. Es nuestra historia, nuestro presente y nuestro futuro.
Jerusalén es un ejemplo único en el que las religiones pueden convivir en armonía y la libertad religiosa está garantizada para todos.
Anoche, miles de corazones se unieron con canciones, oraciones y banderas en alto para celebrar en la plaza del Kotel, los 58 años de la reunificación de nuestra capital eterna
Am Israel Jai, el pueblo de Israel vive. 

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