General de EE.UU.: Irán es mayor amenaza para Irak que Al Qaeda
El grupo Al Qaeda, debilitado por el ajusticiamiento de su líder Osama Bin Laden, no obstante sus constantes atentados sangrientos y las alianzas y ramificaciones que tiene en numerosos países musulmanes, ha sido superado en su accionar terrorista en Irak por la República Islámica de Irán.
Un despacho de la agencia de noticias Associated Press (AP) emitido el 16 de agosto, informaba que el Brigadier General Jeffrey S. Buchanan, Director de Operaciones J9 de EE.UU. y portavoz militar en Irak, dijo que las milicias chiítas - juntas tienen varios miles de insurgentes - están trabajando para mantener al gobierno de Bagdad débil y aislado. Las decisiones sobre el número de tipos de ataques puesto en marcha por los tres principales grupos de la milicia, se hacen dentro de Irán, incluso a través de sus vínculos con la Fuerza Quds, el grupo conocido formalmente como el Cuerpo de Guardia Revolucionaria Islámica-Fuerza Quds (Guardianes de la Revolución), las tropas de choque islamistas desplegadas en todo el mundo para promover los intereses iraníes. La unidad está alineada con los terroristas que actúan en Irak, Afganistán, Israel, África del Norte y América Latina. El apoyo del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica para los jihadistas, incluye la provisión de armas, financiación y entrenamiento de los paramilitares. La Fuerza Quds, a la sazón creada durante la guerra entre Irán e Irak, y que depende del Líder Supremo de Irán Ayatolá Sayyed Ali Jamenei, es considerada por algunos analistas como “una de las mejores unidades de fuerzas especiales en el mundo”, según una investigación del diario Los Angeles Times en febrero de 2007. Los comandos Quds son introducidos en las embajadas de Irán, instituciones de caridad, religiosas y culturales, apadrinadas por musulmanes chiítas. Cubiertos con la fachada de brindar algún tipo de ayuda humanitaria, los paramilitares iraníes tienen como misión el soporte de extremistas y desestabilizar a los regímenes que no son amistosos con el Estado teocrático de Irán.
Un informe del Pentágono al Congreso de EE.UU. en 2010 vinculaba a la Guardia Revolucionaria Islámica con algunos de los peores ataques terroristas de los últimos 30 años: el bombardeo de la Embajada de EE.UU. en Beirut en 1983, el atentado de la AMIA, un centro judío en Argentina en 1994, el bombardeo de las Torres Khobar, 1996 en Arabia Saudita y muchos ataques de los insurgentes en Irak desde 2003.
El General Buchanan en su alocución a la prensa en el Pentágono dijo que si bien al-Qaeda en Irak puede ser responsable de la reciente ola de violencia, incluyendo asesinatos al estilo ejecución en las afueras de Bagdad la noche del lunes 15 de agosto, el grupo no es una amenaza tan grande para la estabilidad del Estado como las milicias chiítas. “Las milicias son mucho más grandes y tienen más lazos políticos en Irak, así como conexiones con Irán”. Buchanan aseveró que hay entre 800 y 1000 miembros de Al-Qaeda en Irak -un número mucho menor del que solían tener-. De ellos, la mayoría son iraquíes, y sólo "un goteo" son combatientes extranjeros que vienen principalmente a través de la frontera con Siria y son reclutados como terroristas suicidas.
La totalidad de los tres grupos de milicias representan más que eso, si se suma a varios miles de terroristas aglutinados en la “Brigada del Día Prometido”, vinculados al clérigo anti-estadounidense Muqtada al-Sadr y su ejército de Mahdi. Por su parte, Kata’ib Hezbollah, o Brigadas de Hezbollah -al que no hay que confundir con el grupo terrorista homónimo que conduce Hassan Nasrallah e integra el gobierno en Líbano- que es mucho más pequeño, con cientos de miembros, no miles, ligado con la Fuerza Quds. Y el tercer grupo, “Asaib Ahl al-Haq”, (La liga de los Justos) también financiado por Irán, que se adjudicó 6000 ataques a Estados Unidos, la Coalición y a las Fuerzas de Irak.
Hay alrededor de 46.000 EE.UU. tropas en Irak. El plan de retirada se concretó en 2008 por un acuerdo alcanzado entre EE.UU. y los líderes iraquíes.
La creciente amenaza pone de relieve los peligros a los que se deberá enfrentar EE.UU. quienes se preparan para retirar sus tropas a finales de año. Las autoridades iraquíes están discutiendo si quieren tener algunas fuerzas estadounidenses permaneciendo en el país extinguido ese plazo.
Y a medida que la violencia se ha intensificado en los últimos meses, funcionarios han dicho que parte de ella es un intento de hacer creer que los terroristas están causando el retiro de Estados Unidos. El mes pasado, el ex Director de la CIA y actual Secretario de Defensa de Estados Unidos, Leon Panetta, dijo que su país no se apartará del reto que significa el creciente suministro de armas de Irán a los insurgentes iraquíes que atacan a las tropas estadounidenses. Estamos muy preocupados sobre Irán y las armas que provee a los extremistas en Irak", dijo a un grupo de soldados durante su primera visita a Irak como jefe del Pentágono. "No nos podemos quedar sentados y simplemente permitir que esto siga sucediendo", agregó. "Esto no es algo de lo que nos apartaremos. Es algo que vamos a enfrentar directamente".
Indiferente a las tibias amenazas y sanciones de EE.UU. y de la ONU, que además elude, La República Islámica de Irán, el régimen teocrático de aspiración genocida, que además de ser la mayor amenaza para Irak, lo es también para Occidente, anunció el miércoles 17 de agosto, a través de su Canciller Alí Akbar Salehi, que la central nuclear de Busher construida por Rusia, comenzará a operar pronto.
Rubén Kaplan
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