lunes, 8 de julio de 2013

Estados Unidos y el derrocamiento de Morsi de Cidipal

El presidente de EE.UU. rechazó las acusaciones que está trabajando con los partidos políticos en Egipto. Barack Obama respondió así a las críticas de que estaba tratando de dictar la forma en la que la transición de Egipto debe continuar. Obama dijo que los EE.UU. están comprometidos con la democracia en Egipto y condenó la violencia producida desde antes de que el ex presidente egipcio, Mohamed Morsi fuera expulsado del poder por los militares En frente de la Casa Blanca, manifestantes furiosos con Obama por calificar la toma militar como un 'golpe de Estado', portaban carteles que decían "Deja de estar en el lado equivocado de la historia", instando al presidente de los EE.UU. a apoyar a los manifestantes. Un sentimiento similar existe en Alejandría, la segunda ciudad de Egipto, donde los manifestantes quemaron una pequeña bandera de EE.UU. y pidieron que su embajador abandonara el país, asegurando que los EE.UU. está siendo bondadoso con Morsi y su partido de los Hermanos Musulmanes. " Estamos aquí para decir a los EE.UU. que lo sucedido en Egipto no es un golpe de Estado. Es la voluntad de la nación. Necesitamos que nuestro país sea libre, independiente y sin ningún tipo de intervención extranjera”. La respuesta de Washington a la escalada de violencia y a la creciente tensión política en Egipto fue el silencio. Los analistas creen que el presidente Barack Obama no quiere criticar la respuesta militar egipcia, ya que envía a Egipto 1,5 mil millones de dólares en ayuda anual y El Cairo es un baluarte contra la propagación de armas a la Franja de Gaza y el este de África. Muchos republicanos solicitaron recorte los fondos, pero mientras Obama sigue absteniéndose de hacer comentarios, parece que la toma de control del ejército se mantendrá y el dinero de Washington continuará- llegando a Egipto