jueves, 19 de septiembre de 2013

EL FIN DE LA COMUNIDAD INTERNACIONAL

No existe la "comunidad internacional". Es una ficción, una ilusión, una fantasía que sólo anima las mentes ingenuas, dicen los defensores de la realpolitik. A nivel internacional sólo hay estados, no hay autoridad más alta, no existe otra entidad que los supere. Y entre los estados, el más fuerte impone su voluntad, agregan los defensores de la realpolitik. La crisis de Siria les da la razón en todos los ámbitos, incluyendo en este último y sorprendente episodio de la oferta rusa de una puesta bajo tutela de las armas químicas de Bashar Al-Assad. Vladimir Putin le propone a Barack Obama: ¿y si colocamos el arsenal de armas de destrucción masiva de Siria bajo el control internacional? Moscú no somete su oferta a las Naciones Unidas o al G-20. Su ministro de Asuntos Exteriores, Sergei Lavrov, un maestro de la diplomacia, teléfonea a su homólogo estadounidense, John Kerry, un diplomático menos experimentado. Hablan entre los dos "grandes". Esta es la quintaesencia de lo que los expertos en relaciones internacionales llaman relaciones "bilaterales", sea cual sea el resultado de la propuesta rusa. Los estadounidenses dirán que Putin no se habría movido sin la presión militar de Obama. Los rusos argumentaran que ellos si llevan a cabo una diplomacia constructiva. El episodio nos proporciona una lección: la iniciativa corresponde a los Estados, no a la comunidad internacional. En la tragedia de Siria, ninguna de las organizaciones que se espera que encarnen o representan esa comunidad, en su totalidad o en parte, ha dado a luz ni siquiera a una silueta de una solución.