lunes, 5 de agosto de 2013

Blog Lahaim A 71º años de la muerte de Janusz Korczak

Blog LahaimA 71º años de la muerte de Janusz KorczakJanusz Korczak, en realidad llamado Henryk Goldszmit, nació en 1878 un 22 de junio y murió el 5 de agosto de 1942, en el campo de exterminio de Treblinka. Fue médico, pedagogo y escritor de literatura infantil. Cuando aún no contaba con 20 años de edad, su padre Jósef Goldszmit murió entre sus brazos, por lo que tuvo que asumir la responsabilidad de cuidad y atender a su madre, hermana y abuela. La precariedad a la que se vieron sometidos, los obligó a abandonar el espacioso apartamento en el que vivían. De 1898 a 1904, Korczak, estudió medicina en Varsovia, al tiempo que escribió numerosos artículos en la prensa polaca. Después de su graduación empezó a trabajar como pediatra, después de un lapso debido a la Guerra Ruso-Japonesa de 1905-1906, volvió a la práctica de la medicina pediátrica, haciéndose cargo del orfanato de la calle Krochmala, en donde vivió. Su profundo amor a los niños y la pediatría puede verse por toda su carrera. Trabajó para la Sociedad de Orfelinatos. Fue Director de Dom Sierot (1911-1912) una institución para niños judíos de Varsovia, que a modo de república, tiene su propio parlamento, corte y diario. La I Guerra Mundial lo alejó de su dedicación a los niños. Durante el tiempo que duró esta, sirvió como médico de campaña y escribió numerosos escritos pedagógicos. Su regreso a Varsovia acontece en 1918. El fin de la guerra le permite el regreso al trabajo en Dom Sirot y fundar otro orfanato llamado Nasz Dom (nuestro hogar). Contrae la fiebre tifoidea en Lódz, enfermedad de la que fallece su madre. Su labor pedagógica lo impulsó a permitir escribir a los niños su propio diario “Maly Przeglad”, que es un complemento semanal del diario polaco-judío Nasz Przeglad. Disfrutó de un programa radiofónico durante la década de los treinta, el cual fue cancelado a causa de las quejas de personas antisemitas. Su tan loable labor fue merecedora de la Cruz de Plata en 1933. Sus viajes a Palestina durante los años 1934-1936, fueron el motivo del incremento de los ataques antisemitas en la prensa polaca. Fue debido a esto también que rompió sus relaciones con un orfanato no judío con el cual colaboraba. Pese a todas estas circunstancias negativas, rehusó efectuar un traslado a la tierra de Palestina en 1938, cuando así lo hizo Stefania Wilczynka (a quien conoció en los años 1907-1908 cuando trabajaba en la Sociedad de Orfelinatos). Debido a su avanzada edad, aunque se presentó como voluntario a principios de la II Guerra Mundial, no fue aceptado. Fue testigo de la toma de Varsovia por las fuerzas armadas alemanas, y obligado a trasladar el orfelinato dentro de los límites del guetto, creado por los nazis en 1940. Cuando esto se produjo, él mismo se mudó con ellos. Fue el 5 de agosto de 1942, cuando los soldados alemanes se presentaron para recoger a los 192 huérfanos y una docena de empleados del orfanato para llevárselos al campo de exterminio de Treblinka. Pese a que se le ofreció asilo en el “Aryan side” (zona aria), lo rehusó dado que argumento que no podía abandonar a sus niños, y solo aceptaría si le era permitido llevarlos consigo. Fue así, como al día señalado, los niños vestidos con sus mejores ropas y cargando su juguete o libro favorito caminaban en procesión junto a Korczak hacia el punto de embarque, rumbo a la muerte. Es sobrecogedor el relato de Joshua Perle, testigo presencial del hecho: “… había ocurrido un milagro, doscientos niños que no lloraban, doscientas almas puras condenadas a la muerte y no derramaban una lágrima. Ninguno trató de huir, ninguno trato de escapar. Tragando su dolor se aferraban a su maestro y mentor, a su padre y hermano Janusz Korczak, quien los protegería. Janus Korczak marchaba con la frente en alto, sosteniendo la mano de uno de sus niños, no llevaba sombrero, tenía una correa de cuero alrededor de su cintura y calzaba botas altas. Los doscientos niños meticulosamente y prolijamente vestidos seguían a las enfermeras hacia el altar (…) Por todos los lados, los niños estaban rodeados de alemanes, ucranianos, y en ese momento también por la policía judía quienes les lanzaban golpes con las macanas o garrotes y les disparaban con armas de fuego. Las mismas piedras de la calle lloraban en silencio al ver la procesión”. Con toda seguridad, tanto Janus Korczak como sus niños fueron asesinados en la cámara de gas al arribar a Treblinka. En el cementerio de Powazki de Varsovia se le ha dedicado un mausoleo conmemorativo.