sábado, 31 de agosto de 2019

¡¡¡ Shana Tova !!!
Desde su bunker en el Líbano, temeroso de ser alcanzado por Israel, el líder de Hezbollah envalentona a los suyos explicando la capacidad de los chiitas de penetrar en Israel… lo haría por túneles, parte de los cuales han sido descubiertos por Israel.
El nombre de Danny Cohen puede no ser familiar para el público, pero personas de todo el mundo se han beneficiado de su investigación pionera en computadoras. Es gracias a Cohen que podemos hacer llamadas de voz y video por Internet en plataformas como Skype, que podemos ver videos de YouTube o almacenar datos en la nube, más allá de los límites de nuestras propias computadoras. Cohen, quien nació en Haifa, murió en Palo Alto, California, el 12 de agosto a la edad de 81 años. En su obituario del New York Times, fue aclamado por haber «ayudado a preparar el escenario para la era digital».
El régimen islámico en Qatar no contestó a ninguna consulta realizada por medios internacionales esta semana sobre si los israelíes podrán asistir al Estado del Golfo para ver la Copa Mundial de Fútbol Masculino de la FIFA 2022. Tras esta incertidumbre comenzó el debate sobre que Doha no cumpliría con el código ético de la federación de fútbol. Un nuevo informe de Cornerstone Global Associates, una firma consultora británica, declaró que «prohibir a los fanáticos basados en una nacionalidad es una clara violación del Código de Ética de la FIFA».
En tiempos de ignorancia, cuando se confunde sionismo con racismo y opresión (y hasta con nazismo), es necesario recordar el Primer Congreso Sionista, realizado en Basilea por Theodor Herzl, el día 29 de agosto de 1897, hace 122 años. En este artículo se repasa qué fue este encuentro, quien estuvo presente, sobre que se debatió, y algunas curiosidades.
Muhamar Qaddafi à la mode
Por Julián Schvindlerman
Comunidades – agosto 2019
Ahora que se cumplen 70 años de la revolución Qaddafista -cuando un joven apuesto militar, al mando de unas pocas decenas de oficiales, derrocó a la monarquía de Idris al-Sanussi un lejano septiembre de 1969-, ahora que su caótico gobierno de cuatro décadas de duración -durante el cual transformó a Libia en un laboratorio social para experimentar con el pueblo sus excéntricas teorías- ha llegado a su fin, ahora que su complejo legado -represión doméstica brutal, promoción de guerras regionales y terrorismo global, desintegración del país en una guerra civil y tribal sangrienta tras su muerte- es más o menos conocido, ahora quizás sea entonces aceptable enfocarnos en uno de los aspectos más frívolos y menos dañinos de su persona: su colorido, vívido y peculiar vestuario.
Su particular estilo estético contribuyó a su fama de hombre estrafalario. “Me gustaría follar los pantalones del Coronel Qaddafi” respondió el pintor Francis Bacon cuando el escritor inglés Jeffrey Bernard le preguntó con quien más que nadie en el mundo le gustaría acostarse. La revista Time publicó un artículo sobre su estilo que llevó por título “La moda de Qaddafi: el emperador tenía algo de ropa loca”. Su autor, Nicholas Hegel McClelland, acotó: “Durante cuatro décadas de liderazgo despiadado, el ´Hermano Líder´ probablemente no recibió muchas observaciones de su sastre”. Durante una conferencia de prensa en Libia en 2008 lució un gorro caqui y una camisa al tono con imágenes de varios nacionalistas árabes, entre ellos el egipcio Gamal Abdel Nasser. Para la sesión de clausura de una cumbre de líderes africanos en Sudán en 2006, se vistió íntegramente del mismo color. “Puede preguntarse por qué Gadafi se vistió de púrpura de pies a cabeza. Pero la pregunta más relevante es: ¿Por qué no fue aterciopelado? Creemos que George Costanza estaría de acuerdo” lanzó Nicholas Hegel McClelland. Al contemplar la túnica de tonos amarillos que el Coronel usó durante la apertura de la cumbre de Jefes de Estado africanos en Addis Abeba en 2009, este periodista notó que era “excelente para ocultar las manchas de mostaza”.
Los periodistas de pret-a-porter estaban igualmente fascinados.
En 2009, la revista Vanity Fair le dedicó una nota titulada “El Coronel Qaddafi: una vida en la moda” con esta presentación:
“Desde que completó su transición de paria internacional a estadista, el Coronel Muhamar Qaddafi -el líder de mayor trayectoria tanto en África como en el mundo árabe- ha traído color y su propio estilo excéntrico al circuito monótono de cumbres y conferencias internacionales. Basándose en las influencias de Lacroix, Liberace, Phil Spector (para el cabello), Snoopy e Idi Amin, el líder de Libia, ahora en sus 60 años, es simplemente el vestidor más descarado del escenario mundial. Rendimos homenaje a un genio de la sastrería de nuestro tiempo”.
Al parlamento francés asistió con un traje negro y un mapa de África adosado al pecho en el color nacional de Libia haciendo juego con una camisa verde con el detalle de “una hermosa capa y bufanda arrojadas sobre su hombro a la manera del gran empresario de cabaret francés de la época de Toulouse-Lautrec, Aristide Bruant” en la descripción de Christophe Ena. Cuando visitó el Palacio de Versalles portando un sombrero aviador y una campera de cuero marrón con piel de cordero, Patrick Kovarik observó: “¿De dónde obtiene este individuo extraordinario las ideas para su guardarropa?”. Al recibir a Hosni Mubarak en Sirte, Qaddafi lució un pantalón blanco y una camisa extravagante impresa con fotos de lo que parecían ser héroes africanos; se calzó zapatos de cuero negros con altos tacos durante una caminata por la playa (presumiblemente para estar a la altura del egipcio) y cargó un paraguas blanco en su mano derecha.
Otros periodistas se mostraron más críticos. Aterrizó en Italia para una reunión con Silvio Berlusconi “con el uniforme tradicional de un dictador de república bananera, con matices y charreteras que habrían avergonzado a Napoleón” según consignó impiadosamente Alessandra Benedetti. Clavada en sus ropas podía verse una fotografía del héroe nacional libio Omar al-Mukhtar, quien fue ejecutado por las autoridades coloniales italianas en la década de 1930. En un encuentro del G-8 lució un traje blanco al estilo de John Travolta en Fiebre de sábado por la noche bajo una típica chalina árabe de color negro, ostentando varias medallas y “un broche de África, por si alguien olvidara que Muhamar es el presidente de la Unión Africana” acotó con sorna cierto corresponsal. Cuando el Coronel vistió unas túnicas de color salmón con detalles violetas y un gorro marrón, Laurent Rebours disparó: “Esto, sorprendentemente, es la idea de Qaddafi de llevar ropa adecuada para el almuerzo con el primer ministro portugués, Antonio Guterres, en el Hotel Sheraton de El Cairo, en abril de 2000. Eso, o su equipaje se perdió en el camino y sacó un atuendo del tapizado de su habitación de hotel”.
El académico y diplomático norteamericano Ethan Chorin subrayó que el narcisismo del Coronel estaba exacerbado por asuntos de identidad sexual asociados a su fijación por la moda con un toque femenino. “[Qaddafi] puede revisar el armario de Nancy [la Primera Dama] cuando quiera” acotó al respecto con ironía Ronald Reagan en su tiempo. Enric Gonzalez informó en El País de España que el líder libio se presentó en un acto oficial “maquillado como una Barbie y con zapatos de tacón”.
Aunque Qaddafi nunca llegó a impactar en el arte y en la moda occidental como Mao lo hizo -Andy Warhol lo retrató, Amazon ofrece remeras con su rostro estampado y existe el cuello homónimo para referir a cierto tipo de chaqueta- nos queda el estilo Q para recordar el lado más liviano de su legado.
Ex miembros de una de las más reputadas y temidas agencias de inteligencia del mundo, el Mosad, detallan en una serie documental disponible en Netflix cómo es la vida de quien se dedica al espionaje y las operaciones encubiertas, y la manera en que Israel ha utilizado el organismo para desarrollar su política internacional.
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Información sobre este sitio web
A pesar de los 25 años formales de paz, muchos en Jordania consideran a Israel como un estado enemigo ilícito. El gobierno jordano juega al doble discurso: su hostilidad pública hacia Israel le permite preservar su popularidad mientras que tras bastidores, mantiene estrechos lazos con Israel.

Contextos

¿Quién es el racista?

Por Leandro Fleischer 

blame-israel
"El hecho de que Israel no permitiera el ingreso a la congresista Omar y sólo dejara entrar a Tlaib por cuestiones humanitarias nada tiene que ver con el racismo, como muchos expresan, sino por su promoción de leyes para boicotear a Israel y por su defensa del terrorismo islámico. A Jerusalén le da igual si estas mujeres que se distinguen públicamente por su odio a Israel son musulmanas, judías, cristianas, hindúes o budistas"
Muchos se escandalizan por el hecho de que Israel negó el ingreso a dos congresistas estadounidenses que suelen promover leyes contra el Estado judío: las demócratas Ilhan Omar y Rashida Tlaib. A pesar de la prohibición, las autoridades israelíes autorizaron la entrada a Tlaib, que tiene familiares en los Territorios palestinos, para que pudiera visitar a su abuela. No obstante, la norteamericana optó por no viajar debido a las “condiciones opresivas” impuestas por Jerusalén.
Uno puede estar o no de acuerdo con la decisión del Gobierno Netanyahu. Según el presidente de Estado Unidos, Donald Trump, haberles permitido la entrada hubiera sido una “muestra de debilidad”. Esta posición es discutible, ya que uno podría argüir también que el hecho de dejarlas pasar demostraría que el Estado judío se comporta de forma completamente distinta a la de ellas, personalidades que odian a Israel, y seguramente a los judíos también.
Por otro lado, existía la posibilidad concreta de que esas señoras incitaran al odio a Israel desde el mero Israel. En tal caso, el daño sería para su propia imagen, no para la de Israel. El hecho de haberles negado la entrada tal vez les confiera una condición de víctimas que no merecen.
Dicho esto, es necesario enumerar también los países donde los israelíes tienen prohibido el ingreso; países donde incluso se niega la entrada a aquellos que simplemente visitaron el Estado judío en calidad de turistas.
Argelia, Bahréin, Bangladesh, Brunéi, Yibuti, Irán, Kuwait, Líbano, Libia, Pakistán, Arabia Saudí, Somalia, Sudán, Siria y Yemen no permiten el ingreso a israelíes. Por otro lado, cualquier turista que quiera visitar países como Irán, Kuwait, Líbano, Libia, Arabia Saudí, Sudán, Siria o Yemen, si estuvo anteriormente de visita en Israel, tiene prohibida la entrada. (Con el fin de ayudar a los extranjeros que lo visitan, Israel no sella los pasaportes y entrega el permiso de estancia en un papel aparte). Emiratos, Qatar, Malasia e Indonesia sí autorizan el ingreso a los portadores de pasaporte israelí, siempre y cuando cumplan unas condiciones muy estrictas. Por cierto, uno de estos últimos países, Malasia, iba a acoger un torneo paralímpico de natación el mes pasado, pero el Comité Paralímpico Internacional decidió mudar la sede a Londres porque el país islámico negaba el ingreso a deportistas israelíes. Y en otro, Indonesia, la comunidad judía debe practicar su fe en secreto. “Es peligroso admitir que somos judíos, porque es ilegal. No podemos casarnos, es difícil”, declaró Tikva, un miembro de la colectividad de ese país, al periódico israelí Ynet.
Más allá de los acercamientos entre las autoridades israelíes y las de los de algunos países del Golfo Pérsico para luchar contra los iraníes, esos vetos siguen vigentes.
Por otro lado, no sé si hace falta aclarar que, para un judío israelí, es ilegal y prácticamente una sentencia de muerte pasar a los Territorios palestinos, donde en las escuelas y en los programas de televisión infantiles continúan adoctrinando en el odio a los judíos y se sigue glorificando a los mártires que los asesinan.
Las autoridades de Israel –al igual que las de cualquier otro país– tienen sus propias políticas en lo relacionado con permitir o restringir el ingreso de personas a su territorio. Las medidas tomadas por el Gobierno Netanyahu pueden ser discutibles, por supuesto. Pero es necesario entender, además, que los israelíes no son bienvenidos en numerosos países por el simple hecho de ser israelíes, y casi ni se oyen voces de repudio al respecto. El Estado judío es, de lejos, el más cosmopolita y multicultural de la región; en él todos los ciudadanos, sin distinción de ningún tipo, tienen derecho a trabajar en lo que quieran, a estudiar lo que puedan; a ocupar cargos públicos, profesar la fe que deseen, etc. Lamentablemente, en el vecindario del Medio Oriente no es algo que suela ocurrir.
El hecho de que Israel no permitiera el ingreso a la congresista Omar y sólo dejara entrar a Tlaib por cuestiones humanitarias nada tiene que ver con el racismo, como muchos expresan, sino por su promoción de leyes para boicotear a Israel y por su defensa del terrorismo islámico. A Jerusalén le da igual si estas mujeres que se distinguen públicamente por su odio a Israel son musulmanas, judías, cristianas, hindúes o budistas. Uno puede estar a favor o en contra de la decisión, pero el motivo de la misma debe tenerlo claro todo el mundo.