domingo, 25 de mayo de 2025

 

La historia de «Schwester Selma», la primera enfermera jefe de Jerusalén

Llegó desde Alemania a principios del siglo XX y revolucionó la atención a los pacientes en los hospitales de la Tierra de Israel Israel.
  • Llevaba una vida relativamente tranquila en su Hamburgo natal, trabajando como enfermera en el hospital judío de esa ciudad alemana, cuando recibió una propuesta arriesgada pero irresistible: dejar todo y marchar a la Jerusalén de principios del siglo XX.
Selma Mayer, luego conocida simplemente como Schwester Selma (enfermera Selma, en alemán), terminó pasando sesenta y ocho años al frente de las enfermeras del hospital Shaare Zedek, donde forjó una leyenda y dejó una huella imborrable.
Todo comenzó cuando el doctor Moshe Wallach, quien había fundado el hospital en Jerusalén en 1902, marchó a Europa para una misión de recaudación de fondos, y para reclutar algo que quizás necesitaba más que el dinero: una enfermera jefe.
  • Wallach logró recolectar importantes sumas en su paso por los Países Bajos y por su Alemania natal, donde -finalmente- encontró el tesoro que estaba buscando.
Mayer perdió a su madre a los cinco años, a causa de problemas nunca tratados causados por su nacimiento, y eligió dedicarse a la enfermería para encausar su vocación de ayudar el prójimo
  • Selma había conseguido un prestigioso puesto de enfermera en el hospital judío de Hamburgo, que en aquellos años llevaba el nombre de su principal benefactor, el empresario local Salomon Heine (abuelo del poeta Heinrich Heine).
  • Pero el encuentro con el doctor Wallach cambió para siempre su vida: aceptó la propuesta, hizo sus maletas y salió para Jerusalén, que en esos tiempos era apenas una polvorienta ciudad alejada del mundo en un Medio Oriente tecnológicamente atrasado.
  • «En 1916, en plena Primera Guerra Mundial, dejé el hospital y partí hacia Palestina. Llegué en diciembre de ese año», contó en su libro Jayai BeSha’arei Tzedek (Mi vida en Sha’arei Tzedek, que, por cierto, firmó como «Enfermera Selma Mayer»).
  • «Lo que me impulsó a tomar esta decisión», sigue el relato, fue que Wallach llegó «a Europa con la urgencia de encontrar un enfermero jefe para su hospital».
  • El había nacido en Colonia y emigrado a Palestina a finales del siglo XIX.
  • «Su decisión de emigrar estuvo motivada por valores religiosos e idealismo«, factores que Selma, evidentemente, no pudo resistir.

Cuando salió hacia la Tierra de Israel, Mayer tenía 32 años, y el viaje no fue simple.
En un artículo para el blog de la Biblioteca Nacional de Israel(BNI), la investigadora Mor Peled señaló que el primer problema fue conseguir un permiso de salida de Alemania.
  • «Luego vinieron cuatro agotadoras semanas de viaje, incluyendo un retraso de varios días en Damasco -escribió Peled-.
  • La tarde en que finalmente llegó a Jerusalén, agotada por el camino, solo pidió una cosa: una taza de café» y la alojaron «en una modesta habitación».
Entrenada con los mejores estándares modernos en Alemania, no tuvo que pasar mucho tiempo antes de que Mayer aplicara cambios drásticos y revolucionarios en el hospital Shaare Tzedek.
  • Lo que encontró en el hospital, apuntó Peled, fue «un caos». En sus primeras semanas en el sanatorio «deambulaba con un cuaderno, anotando todo lo que, en su opinión, necesitaba arreglo».
  • «Así fue como empezó a implementar nuevos métodos y a reorganizar los departamentos según los estándares profesionales que había aprendido en Alemania», sigue el artículo que celebra la vida de Selma.
En la época de la Primera Guerra Mundial estallaron varias epidemias, incluyendo tifus y meningitis.
  • El hospital contaba con 150 camas, casi el doble de su capacidad prevista, pero el personal de enfermería no estaba cualificado, siendo Selma la única titulada.
Decidida a elevar el nivel de atención a los pacientes, introdujo normas estrictas que pueden parecer obvias pero que eran desconocidas hasta entonces en Jerusalén.
Bajo la dirección de Selma, las enfermeras pasaron a vestir uniformes y cofias especiales para prevenir infecciones, los pacientes debían bañarse y afeitarse antes del ingreso, recibían cambios de ropa y sábanas todos los días.
  • Peled destacó que trabajar en ese hospital «no era nada fácil» comenzando por el hecho de que el edificio «carecía de infraestructura esencial: no tenía electricidad, ni fontanería, ni calefacción central».
  • «Los consultorios estaban iluminados por lámparas de parafina parpadeantes y el agua de los baños se calentaba en estufas de querosene», una situación que impedía contratar y retener personal idóneo.
Pero Selma encontró la solución: en 1934, donde antes se encontraba la lechería del hospital, «cumplió uno de sus mayores sueños: fundar la Escuela de Enfermería Shaare Zedek».
Muy pronto, las enfermeras entrenadas bajo la tutela de Schwester Selma eran las más buscadas en todo el país.
Según el artículo, «con menos de un metro y medio de estatura», Mayer «era conocida no solo por su profesionalismo, sino también por su generosidad».
  • En su modesta habitación del hospital, agrega, ella «recibía con alegría tanto al personal como a los pacientes, ofreciéndoles té de menta y una cálida conversación».
  • Además, señaló Peled, «Selma no creía que la atención médica por sí sola fuera suficiente, quería que cada paciente recibiera un trato amable, respetuoso y humano».
En sus memorias, escribió:
  • «Las personas que acuden a nosotras necesitan ayuda. Sobre todo, las chicas (por las enfermeras) deben recordar y nunca olvidar hacer todo lo posible para aliviar el dolor de los pacientes y nunca escatimar esfuerzos en su cuidado».
Esa calidez no solo la exigía sino que la ejercía. Mayer nunca se casó pero adoptó tres niñas huérfanas que, de una u otra manera, había terminado en el hospital.
Después de prestar atención ejemplar durante momentos críticos como la independencia de Israel en 1948, o la epidemia de polio de los años ’50, la legendaria enfermera se retiró y, en 1974, fue designada ciudadana ilustre de
  • Fallecería en 1984, a los cien años de edad.
  • Actualmente, destaca el artículo, un retrato de Schwester Selma cuelga en el vestíbulo del Hospital Shaare Zedek, «en honor a la mujer que fundó su departamento de enfermería y cuyo espíritu continúa inspirando».
El centro médico Heine de Hamburgo también sigue atendiendo pacientes, ahora bajo el nombre de Hospital Israelita.
Israel Economico.

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