martes, 1 de julio de 2025

 Un piloto de la Fuerza Aérea Israelí escribió una carta a su comunidad en la que describía su participación en la campaña aérea contra el programa nuclear de Irán.

A continuación un extracto:
Uno de mis amigos me preguntó: "¿Qué haces durante tanto tiempo, dos horas de vuelo en cada sentido?"
Le respondí —y sentí la necesidad de compartirlo con toda la comunidad— que, efectivamente, hay muchas tareas por realizar, etapas más o menos complejas, zonas de fuga más o menos peligrosas. Pero en cada momento de mayor libertad, notaba que la melodía de una estrofa se repetía en mi cabeza sin parar. Incontables veces. De principio a fin.
En el Libro de Ester, Mardoqueo le pide a la reina Ester que se acerque al rey Asuero para suplicar por su pueblo y su tierra. Al principio, Ester duda; es sabido que quien se presenta ante el rey sin ser llamado, tiene una sola ley: ser condenado a muerte. Excepto aquel a quien el rey le extienda el cetro de oro, y vivirá. Mardoqueo le responde con una dramática frase: «Porque si callas en este momento, el alivio y la liberación llegarán de otro lugar a los judíos, pero tú y la casa de tu padre pereceréis. ¿Y quién sabe si fue para un momento como este que llegaste a la realeza?».
Así, en un bucle infinito, este versículo resonaba en mi mente. No vuelo por mi cuenta, sino por el poder y en nombre de mi familia, mi comunidad, mi pueblo y generaciones tras generaciones que anhelaron estos momentos en los que el Libro de Ester se escribe de nuevo en nuestros días. Un momento histórico nacional de proporciones bíblicas.
Puede ser una imagen de aeronave y texto

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