lunes, 5 de agosto de 2013

Editorial.- Carta Abierta a Netanyahu

Editorial.- Carta Abierta a Netanyahu “Los árabes se están centrando ahora en el terrorismo y creen que así nos vencerán. Lo más importante es golpearles. No sólo un golpe, sino tantos y tan dolorosos que el precio sea demasiado grande para soportarlo… Un amplio ataque contra la Autoridad Palestina que los lleve al punto de creer que todo se está derrumbando y así podremos direccionarlos. Sé lo que es Estados Unidos, se los puede mover fácilmente, mover en la dirección correcta. No se interpondrán en nuestro camino. Supongamos que dicen algo… ¡Que lo digan! El ochenta por ciento de los norteamericanos nos apoyan ¡Eso es absurdo! La administración de Clinton era extremadamente pro palestina, y no tuve miedo de maniobrar ahí. No tuve miedo de enfrentarme con Clinton, no tuve miedo de enfrentarme con la ONU.” Que diferentes son esas palabras dichas por Netanyahu mientras visitaba el asentamiento de Ofra en 2001 a lo que se le escucha decir hoy. Y hay algo que preocupa: preocupa que Bibi se esté convirtiendo en otro Ariel Sharon, Shimon Peres o Itzjak Rabin. Y a raíz, de esto preocupa la continuidad de Israel como un Estado judío, seguro y democrático. Cada uno de estos líderes fueron reconocidos por su implacable reacción ante el terrorismo y los enemigos de Israel, pero luego, tanto por presiones internas como externas, se vieron obligados a tomar decisiones erróneas que le han costado muy caro a la nación. No es necesario comparar al Ariel Sharon de los años setenta al Ariel Sharon del 2005. Esa misma persona a la que el Jeque Nasrallah, líder de Hezbollah, dijo ser el único al que le temía, luego entregó Gaza a Hamas. También esa misma persona que el 3 de octubre de 2001 le dijo a su Ministro de Relaciones Exteriores, Shimon Peres “Cada vez que hacemos algo me dices que América hará esto y hará lo otro… Quiero decirte algo muy claro: No te preocupes por la pasión americana sobre Israel, nosotros mandamos en América”, luego entregó Gaza a Hamas. Ese Shimon Peres tan temido anteriormente, primer Jefe del Estado mayor del Ejército de Israel, siendo el arquitecto que le dio esa versatilidad y capacidad de maniobra de la que se jacta, ese Shimon Peres que tomó decisiones tan arriesgadas y comprometedoras como el rescate de Entebbe. Qué diferente es el Shimon Peres de hoy con el de hace unas décadas, de igual manera qué diferente es el Itzjak Rabin de Oslo con el Itzjak Rabin que comandó a todo el Ejército israelí en la Guerra de los Seis Días, o el Rabin que le dijo a un periodista estadounidense que lo consultó acerca del programa nuclear israelí “Israel no será el primero en lanzar un arma nuclear en Medio Oriente, pero tampoco el segundo”. Qué diferente es el poder de disuasión que tenía Israel hace a tan sólo una década del que ha demostrado tener ahora. No se trata de un simple cambio de circunstancias, o un encubrimiento del poderío. El momento no ha cambiado y los acontecimientos siguen siendo los mismos. Israel siempre fue visto como un Estado que se hacía respetar a como diera lugar, al que aunque los líderes dijeran lo contrario, los países vecinos le temían y entendían que regresó para quedarse. Y eso fue lo que incentivó a Egipto y Jordania a firmar la paz. Lo que hay detrás de esto es muy sencillo: mientras nuestros enemigos tengas una mínima esperanza de que podrán expulsarnos de algún territorio o lograr algún tipo de resultado favorable para ellos, no negociarán esas esperanzas. Todo el mundo prefiere obtener victorias sin hacer concesiones. Las personas y los pueblos sólo efectúan concesiones cuando ya no tienen esperanzas de obtener resultados por alguna otra vía. Es ahí cuando los moderados se imponen y proponen terminar con el conflicto. Y esta es, precisamente la línea que Netanyahu defendía y promulgaba, al menos hasta ahora. En el año 2011 el presidente Obama hablo sobre la creación de un Estado palestino con las fronteras del ´67. Sin entrar en tecnicismos legales, la respuesta que en su momento le dio Netanyahu fue muy clara: se dirigió al Capitolio americano y en su discurso habló frente al vicepresidente Joe Biden, todos los senadores, representantes e invitados especiales, y les dijo muy claramente que Israel no aceptaba las líneas de armisticio de 1967 como fronteras del Estado palestino al ser, además, militarmente indefendibles. Luego de estas palabras recibió una ovación que se extendió por diez minutos con todos los presentes aplaudiéndolo de pie. Ovación que ni el mismo Obama ha tenido en su propio Capitolio. Por otro lado, en el año 2008 cuando el gobierno de Ehud Olmert decidió liberar 200 terroristas con un prontuario mucho menor al de estos 104 que liberó Netanyahu, éste dijo: “El gobierno decidió liberar terroristas y yo pregunto ¿por qué? ¿A cambio de qué? ¿Qué hemos recibido? Contrario a lo que dice el gobierno, la liberación de terroristas no fortalece a los palestinos moderados. Debilita a Israel y fortalece a los terroristas. La mayor parte del público, una gran parte, entiende que esto es inaceptable y que reflej En repetidas oportunidades, incluso dentro del mismo edificio de las Naciones, Netanyahu ha narrado un encuentro que tuvo con el Rebe de Lubavitch en un Simjat Torá a su llegada a Nueva York cuando recién fue designado embajador ante la ONU. En ese encuentro, según contó Bibi, el Rebe le dijo: “Ahora vas a ingresar a un edificio lleno de oscuridad y mentiras (refiriéndose a la ONU), pero la luz de una pequeña llama, por más pequeña que sea, tiene el poder de disipar mucha oscuridad”. Solo esperamos, por el futuro de Israel, que Netanyahu no se sume a esta oscuridad.a debilidad y pérdida de dirección. El gobierno ha perdido su dirección, si alguna vez tuvo una”. En una entrevista reciente le consultaron a Benjamín Netanyahu cómo le gustaría ser recordado, y él respondió, citando los salmos, como el “guardián de la seguridad de Israel”, esperemos que así sea. Y de toda Israel. No hay zonas más israelíes que otras. Tel Aviv es tan israelí como Hebrón y Jerusalén. “Yonatan Netanyahu entregó su alma para que el Estado de Israel no liberara terroristas” Hagai Ben Artzi, cuñado de Binyamin Netanyahu