lunes, 16 de septiembre de 2013

20 años del acuerdo de Oslo: La mayoría de la población se ha desencantado

Por el Vice Ministro de Exteriores y diputado del Likud Zeev Elkin (publicado en el diario Israel Hayom 15/9/2013 y traducido por Hatzad Hasheni) La firma del Acuerdo de Oslo, celebrada hace exactamente 20 años, fue un acontecimiento de gran importancia y hay quienes consideran el hecho como un hito para celebrar con grandilocuencia: Por ejemplo, los representantes de los países donantes y la Autoridad Palestina celebraron una sesión especial en honor del 20° aniversario al margen de la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York, y uno de los dos arquitectos del acuerdo incluso se preocupó de publicar un libro especial explicando el detrás de la escena de la firma. Sin embargo, éste es exactamente el momento adecuado para mirar con honestidad y preguntarse: ¿Hay realmente una razón para celebrar? Oslo ha transformado nuestras vidas irreconociblemente permitiendo el establecimiento de una Autoridad Palestina dirigida por el Fatah; liderada por Yasser Arafat y otros altos funcionarios; quienes estaban por detrás de muchos de los ataques contra Israel. Los acuerdos también fueron un cruce central para concretar la teoría de dos países y el establecimiento de un estado palestino bajo la visión de pesadilla de un puñado de personas de la izquierda radical que domina el discurso israelí e internacional (aunque no era la intención de la persona que firmó el acuerdo por entonces, y él así se pronunció de forma explícita). Debemos examinarnos para ver si los acuerdos impulsaron a Israel hacia adelante no sólo en el desarrollo del discurso teórico entre los académicos y los políticos o entre los polemizadores columnistas de los periódicos, sino también en términos de los parámetros básicos que interesan a todos los ciudadanos. Lo que le interesa básicamente a los ciudadanos no es el Premio Nobel otorgado debido al acuerdo, sino si el nivel de seguridad aumentó en los últimos 20 años. Por desgracia, la respuesta es muy clara: Dentro de los 1800 israelíes muertos por ataques terroristas palestinos en los 65 años del estado, 1200 han sido asesinados desde la firma de los Acuerdos de Oslo (1,5 veces más en comparación con el período anterior a la firma). Esta cifra habla por sí misma, y no justifica comentarios adicionales sobre los sentimientos de los ciudadanos israelíes. Algunos podrían venir y decir que es el resultado de los problemas arrastrados del pasado, son las “víctimas de la paz”, según la definición de ellos, debemos considerar si ellos realmente creen si por delante divisamos un futuro rosa y brillante en el camino de la paz y la seguridad. Es suficiente una visita rápida por las ciudades del sur de Israel, como Beer Sheva, Ashdod, Ashkelón y Sderot para entender, en una conversación corta con las familias que viven allí, para entender que hoy ellos se sienten mucho menos seguras que hace 20 años. Si un hombre les hubiese dicho a esta gente que en su patio o en la escuela de sus hijos caerían cohetes palestinos desde la Franja de Gaza, ellos podrían pensar que estarían hablando con un delirante. Hoy, por desgracia, esto ha convertido en rutina. Así, la gran mayoría de los ciudadanos israelíes hace tiempo se han desilusionado del delirio de un nuevo Medio Oriente y la visión ingenua que afirma que enormes renunciamientos a favor de la paz ahora nos traerá más seguridad. En las últimas elecciones solamente el diez por ciento de los ciudadanos de Israel votaron por los partidos que se presentaron bajo la bandera única de la “Paz Ahora” a cualquier precio (Meretz y la Tnuá sumaron juntos 12 escaños). El público israelí es realista, pero sería bueno que también en el mundo, que tiene la intención de celebrar este acontecimiento histórico (y también en algunos círculos entre nosotros), presten atención a ésta triste estadística para pensárselo una vez más. En lugar de celebrar, tal vez deberían hacer un examen de conciencia. Compartir