¿El retorno de Ahmadineyad?
Las elecciones presidenciales del próximo mes de mayo en la República Islámica contarán con un candidato bien conocido dentro y fuera de Irán. Thamar Eilam, del Ezri Center for Iran & Persian Gulf Studies de la Universidad de Haifa, trata en este artículo de los efectos de una posible vuelta de Mahmud Ahmadineyad a la primera línea política.
Gurús de izquierda y del extranjero dicen que puede que Ahmadineyad solo quiera desviar la atención del desastre económico de su presidencia y sus fracasadas relaciones internacionales. Pero es también posible que al retar al Líder Supremo esté intentando presentarse como un hombre de Estado sin miedo que ni siquiera teme a Jamenei, y posiblemente [como representante de] la esperanza de un cambio fundamental en Irán.(…)En todo caso, el regreso de Ahmadineyad no debe ser visto únicamente como una curiosidad política. En los últimos años, el expresidente ha demostrado que disfruta del apoyo de muchos. Si pasa el veto del Consejo de Guardianes de la Constitución, esta cita electoral tiene el potencial de ser (…) muy interesante.
Abraham ben Zvi pone de manifiesto la determinación del presidente norteamericano, que contrasta grandemente con la estrategia de su predecesor en la Casa Blanca. En lo que respecta a Oriente Medio, sus dos últimas decisiones han sido muy claras.
En el verano de 2013 algo tuvo lugar en el sangriento escenario sirio cuyas ramificaciones sacudieron el mundo entero: (…) el presidente estadounidense, Barack Obama, eludió su explícita obligación y se abstuvo de cualquier respuesta militar ante el uso masivo de armas químicas por las fuerzas del presidente sirio, Bashar al Asad, contra población civil indefensa en la periferia de Damasco. (…)En Siria, Trump cumplió la promesa de su predecesor y hace menos de dos semanas utilizó misiles Tomahawk en una respuesta militar a un criminal ataque con gas nervioso del tirano sirio contra sus propios conciudadanos en la provincia de Idlib.(…)El uso de una superbomba contra el Estado Islámico en Afganistán la pasada semana envió también un mensaje de fortaleza y determinación.
La polarización en la campaña del referéndum turco, durante la cual los partidarios del no fueron tachados poco menos que de terroristas, se saldó con una cuestionada victoria pírrica del sí. Este hecho, según Boaz Bismuth, tendrá como consecuencia la radicalización del régimen deErdogan.
Erdogan vendió el referéndum, más o menos, de la manera siguiente: el ‘sí’ supone estabilidad, el ‘no’ implica simpatía con el terrorismo. Y sin embargo, casi la mitad de la población votó ‘no’.(…)La pregunta sigue siendo: ¿qué significa el resultado del referéndum, si es que los recursos de apelación [por fraude] fracasan? Erdogan adoptará un tono cada vez más severo. Expandirá sus poderes autoritarios, pero esta vez lo hará desde dentro de la ley. Después de derrotar a la prensa, la Policía, el Ejército y el sistema legal, ha llegado el momento de cambiar el sistema de gobierno.
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