SOBREVIVIR Y AVANZAR: LA LOCURA DE MARZO DE ISRAEL
Todos decían que el gobierno de Netanyahu estaba destinado al colapso, pero la coalición sigue en pie.
Por la Junta Editorial
Marzo 30, 2025
traducida por Marcela Lubczanski
La coalición gobernante de Israel sigue en pie, mucho después que fueran escritos sus obituarios. La semana pasada aprobó un presupuesto, junto con la pieza central de su reforma judicial. Nada de esto se suponía que sucediera, y hay una lección aquí para Estados Unidos.
El presupuesto fue el momento para que los partidos jaredíes, también conocidos como ultraortodoxos, desmantelaran la coalición del Primer Ministro Benjamin Netanyahu por no lograr rescatar las exenciones del servicio militar de sus votantes. Pero una elección o reelegiría al gobierno o empoderaría a una oposición hostil determinada a enrolar a los jaredíes de una vez y castigar a la comunidad hipertradicionalista si se resiste a este cambio radical.
La Corte Suprema ordenó un fin a las exenciones de largo tiempo, las cuales se volvieron socialmente y militarmente insostenibles durante la gerra de siete frentes. Pero el cambio no tiene que suceder todo de golpe, y el Sr. Netanyahu ha mantenido el equilibrio entre las demandas de la corte y las necesidades jaredíes. Al final, sus socios postergaron sus amenazas. Esto significa que el gobierno ha sobrevivido a la larga temporada invernal de la Knesset y ahora tiene una buena posibilidad de persistir al menos hasta el próximo marzo. ¿Quién predijo esto después del 7 de octubre del 2023?
El primer esfuerzo por derrocar al gobierno llegó incluso antes de la guerra, con protestas masivas contra la reforma judicial. Una versión moderada ha sido aprobada ahora, pero en el 2023 el esfuerzo fracasó cuando intervinieron líderes tecnológicos, grupos empresarios, sindicatos y los peces gordos del ejército. Algunos israelíes también amenazaron con no presentarse para el servicio de la reserva, olvidando que Hamas estaba escuchando.
La reforma nunca debió haberse transformado en un asunto de Estados Unidos, pero el Presidente Biden intervino. Los comités de la Cámara de Representantes ahora están investigando si seis grupos recibieron financiación de Estados Unidos para el propósito de socavar al gobierno de Netanyahu. USAID y el Departamento de Estado transfirieron al menos u$s4,8 millones directamente a grupos israelíes que estaban trabajando para derribar al gobierno, y decenas de millones más para fundaciones que los financian. Esto fue irónico por parte de una administración Biden que más tarde buscó limitar la autoridad de la Corte Suprema de Estados Unidos.
Pero después de mucha protesta y disputas, Netanyahu y compañía se vieron obligados a llegar a un acuerdo. Lo hicieron, y aun cuando la oposición boicoteó la votación del jueves, las advertencias de un “golpe de estado” esta vez han fracasado. Tanto el gobierno como la oposición tendrán vetos en la selección de nuevos jueces. En un impasse, cada lado tendrá que elegir un nombre de las nominaciones de la otra parte.
Los jueces ya no se sentarán más en el comité de selección, reproduciéndose ideológicamente al ejercer un veto sobre los nuevos colegas. Ese es un paso hacia la cordura, si la corte lo permitirá. La prensa todavía advierte de “control político”—como si un proceso de nominación normal fuera incompatible con la independencia judicial.
Israel ha resistido enormes presiones desde su fundación en 1948 y surgió más fuerte, más próspera y más libre. Su democracia nunca ha dependido de los poderes extraordinarios que se atribuyó su poder judicial en las décadas de 1980 y 1990, o de la caída de una u otra coalición.
Primer ministro israelí Benjamin Netanyahu Foto: pool/Reuters
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