sábado, 24 de mayo de 2025

 GEORGE GERSHWIN: "NUNCA SENTI QUE MI HERENCIA FUERA UN OBSTÁCULO, AL CONTRARIO, FUE LA FUERZA QUE ME IMPULSÓ A CREAR": George Gershwin, nacido Jacob Gershowitz el 26 de septiembre de 1898 en Brooklyn, Nueva York, fue un genio musical que tejió sueños a través de melodías. Hijo de inmigrantes judíos rusos, su infancia estuvo marcada por el bullicio de una ciudad que respiraba esperanzas. A pesar de las dificultades económicas, su familia siempre valoró el arte y la cultura, brindándole el primer piano que transformaría su vida para siempre.

Desde joven, George supo que su destino estaba entre notas y armonías. Su talento autodidacta lo llevó a fusionar el jazz con la música clásica de una forma nunca antes escuchada. Obras como Rhapsody in Blue y Porgy and Bess no solo desafiaron los límites de la música, sino que también elevaron la voz de una América diversa y vibrante.
Gershwin nunca olvidó sus raíces judías, ni el legado cultural que lo formó. En un mundo que aún luchaba contra el antisemitismo, él se convirtió en símbolo de orgullo para el pueblo judío. “Nunca sentí que mi herencia fuera un obstáculo; al contrario, fue la fuerza que me impulsó a crear”, dijo una vez. Su música, impregnada de emoción y carácter, transmitía el espíritu de una comunidad resiliente.
En su breve vida —murió a los 38 años—, dejó una huella imborrable. “La vida es una melodía; lo importante es atreverse a componerla”, expresó, convencido de que cada nota podía cambiar el mundo. Su hermano Ira, con quien colaboró en muchos éxitos, dijo: “George escribía con el alma, no con las manos”.
George Gershwin no solo fue un compositor extraordinario; fue un soñador incansable. Como él mismo afirmó: “Mi música es mi forma de hablar cuando las palabras no alcanzan”. Y hasta hoy, sigue hablando.
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