Mi Avia:
Si estás leyendo esta carta… probablemente ya no esté acá.
Y aunque me cueste escribirlo así, necesito dejarte estas palabras.
Pero no fue en vano. Fue por una buena causa, y tenés que recordarlo siempre: estaba protegiendo nuestro hogar.
Mi hogar. Tu hogar.
Avili, si hay algo importante que me enseñaste, fue qué es el amor verdadero.
Ese amor sin límites, con aventuras infinitas, abrazos, besos, risas, tonterías, locuras.
Tenés un corazón hecho de algo que todavía no existe.
Hoy no estoy para protegerte, pero deseo con todo mi ser que estés rodeada de apoyo y de amor.
Tenés mi protección celestial.
Cada vez que te sientas débil, mirá al cielo.
Estoy ahí. Te ayudaré. Voy a estar con vos.
Avia… ojalá nunca llegues a leer esto.
Ojalá no sea necesario.
Pero si lo estás leyendo, entonces quiero que lo sepas con certeza:
Te amo hasta el fin del mundo y más allá.

No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.