lunes, 29 de octubre de 2012

EL ESPIRITU HUMANO: LOS TACOS ALTOS DE ADI HUDJA

Fuente: The Jerusalem Post- Traducido por Marcela Lubczanski especialmente para el blog de OSA Filial Cordoba por Barbara Sofer 25/10/12 En 1948, 1970, 1975, 1976, 1979, 1981, 1984 y 1997 terroristas atacaron la calle Ben-Yehuda porque es el corazon feliz de Jerusalem. Photo by: Courtesy La lluvia invernal fue bienvenida, pero el sabado a la noche cuando se despejo Jerusalem los adolescentes se apresuraron al centro para una noche en la ciudad. Para la mayoria, eso significaba nada mas que una pizza y helado con amigos. Los dos primos de Adi Hudja la llamaron para que se les uniera. Ella tenia 14 años, timida y pequeña. Esa tarde, Mali, mama de Adi, habia estado preocupada por un sentimiento de incomodidad. Ella era oficial de policia en Jerusalem y sabia sobre las advertencias. Ella no pudo dormir su siesta de Shabat. Entonces, sin ninguna razon aparente, el aire acondicionado se encendio, "como una extraña señal de Arriba", diria mas tarde Mali. Ella realmente no queria que Adi fuera a la ciudad, pero como podia negarle una noche sana con sus primos favoritos y helado? La calle Ben-Yehuda, nombrada por Eliezer Ben-Yehuda, el renovador del idioma Hebreo, tiene una larga historia de ataques terroristas. No es un lugar militar o estrategico. Esta llena de tiendas de recuerdos vendiendo shofarot, joyeria de cristal y remeras. Cafes, puestos de shwarma y heladerias atienden a turistas y jovenes. Los jasidim de Breslov con kipas blancas tejidas saltan y bailan, mientras los jasidim de Jabad ofrecen una posibilidad de decir una o dos plegarias. Alguien esta siempre pregonando cintas rojas de buena suerte de la Tumba de Rajel. Los musicos callejeros y unos pocos valientes limosneros completan el elenco. En 1948, 1970, 1975, 1976, 1979, 1981, 1984 y 1997 terroristas atacaron la calle Ben-Yehuda porque es el corazon feliz de Jerusalem. El 1º de diciembre del 2001, Adi y sus primos se dirigieron a la calle Ben-Yehuda. Adi estaba esperandolos cuando un joven arabe se volo. Dos minutos mas tarde, un segundo hombre tiro de una cuerda y exploto, impulsando tuercas, pernos y clavos a traves del aire. Veinte minutos mas tarde, una tercera bomba, un coche bomba, exploto en la calle Rabbi Kook. Para entonces, la ciudad estaba llena de ambulancias y equipos de rescate, tanto como de los dedicados voluntarios que quitan a los muertos. Once adolescentes yacen en la calle, asesinados. Adi habia estado parada muy cerca de uno de los terroristas cuando la bomba que exploto la derribo. Docenas de pernos y tuercas se insertaron en su cuerpo, especialmente en sus piernas. Ella perdio el conocimiento. En casa, Mali escucho las sirenas. Ella encendio la television y grito. El telefono sono en la casa Hudja. Los primos estaban llorando. "No podemos encontrar a Adi", le dijeron. Mas de cien personas heridas fueron llevadas a toda prisa a los hospitales. Alguien habia visto a Adi siendo evacuada. Al principio, ella penso que Adi estaba en el Centro Medico Universitario Hadassah en Har Hatzofim, pero luego se entero que su hija estaba en Hadassah Ein Kerem. “Se me dijo que ella estaba en muy mala condicion. Yo comprendi que ella estaba muriendo,” dijo Mali, incapaz de contener sus lagrimas todos estos años despues. Ella no pudo reconocer a Adi. La niña bella de pelo negro que habia dejado la casa estaba llena de tubos, su cuerpo hinchado. “El caso de Adi fue el mas serio de los que sobrevivieron,” recuerda el Prof. Rami Mosheiff, el experto en trauma ortopedico que la vio esa noche. "Su temperatura estaba tan baja que la anestesia y cirugia hubiesen sido muy peligrosas. Ella necesitaba ser estabilizada.” No importa cuantos productos sanguineos fueron inyectados ella aun estaba desangrandose. El Profesor Avi Rivkind sospecho que las tuercas y pernos habian estado empapados en veneno de ratas para incrementar el sangrado. Rivkind obtuvo permiso para usar una medicina experimental cara como el platino, NovoSeven, un agente coagulador utilizado para hemofilicos, pero aun no probado para casos de trauma. Como la droga estaba aun en etapas de prueba. La madre de Adi tambien tuvo que dar el permiso. “Yo estaba dispuesta a intentar cualquier cosa para salvar a mi hija,” dijo Mali, “Yo nunca deje de rezar.” Dos dosis de NovoSeven y el sangrado bajo. Los ortopedistas entraron para fortalecer su esqueleto, un procedimiento necesario para proteger los organos vitales. EN EUROPA, en una conferencia medica, el Prof. Meir Liebergall, jefe del departamento de ortopedia de Hadassah, escucho su telefono celular sonando. Era Mosheiff. El y Mosheiff no son solo colegas. Ellos crecieron juntos en Jerusalem, fueron juntos a los exploradores y jugaron basketball juntos. Mosheiff describio las heridas del bombardeo, especialmente el caso de Adi. El equipo habia decidido que sus posibilidades de supervivencia, las cuales eran escasas en el mejor de los casos, mejorarian si era amputada su pierna derecha. Mali Hudja habia aceptado llena de lagrimas la amputacion. “Por sobre todo, yo queria que mi hija viva,” dijo ella. Liebergall abandono inmediatamente la conferencia, fue al aeropuerto y tomo el primer avion a casa. Liebergall, a quien todos llaman Iri, es modesto y reservado. A el no le gusta hablar sobre su historia israeli personal, como el decidio convertirse en doctor despues de recuperarse de sus heridas de guerra en Tzahal, como sus padres sobrevivieron a la Shoah. Pero como mas pueden ustedes explicar su urgencia en llegar a casa y sopesar el caso de Adi. “Para cuando llegamos a la unidad de terapia intensiva al dia siguiente, el Prof. Liebergall estaba alli,” dijo Mosheiff. “Aqui es cuando tu necesitas todo lo que has aprendido como medico, y tu experiencia tambien." En uno de los mas duros llamados de su vida profesional, Liebergall desautorizo a su equipo. Ellos lucharian por la pierna de Adi. Dia tras dia, Adi sobrevivio. Dos semanas y media mas tarde, ella desperto. Su madre paso cada dia en el hospital, no solo para ver a su hija, sino tambien para dar nacimiento al hermano de Adi. Adi fue llevada en silla de ruedas a la sala de partos. “Llamemoslo Osher [alegria], sugirio Adi. La alegria de estar viva.” Años de terapia y docenas de cirugias quedan por delante. Ella es aun una paciente. Las radiografias de Adi y las lecciones aprendidas de tratarla se han vuelto muy conocidas en la comunidad ortopedica mundial, de acuerdo con Mosheiff, quien el año pasado fue electo para dirigir AOTrauma Europe, el mas grande consorcio de expertos en trauma europeos. La semana pasada, en la Celebracion del Centenario de Hadassah, la Organizacion de Mujeres Sionistas de America, Adi Hudja camino al escenario de Binyenei Ha’uma, el Centro Internacional de Convenciones de Jerusalem. Dos mil personas en el publico se levantaron en un espontaneo estallido de aplausos, elogiando su valentia y la habilidosa medicina que salvo su vida y miembro. Mali Hudja, Osher de 10 años de edad y otras dos hermanas estaban tambien alli, y asi lo estaban los profesores Mosheiff y Liebergall. Una joven mujer bella y confiada, Adi esta por comenzar estudios universitarios. Ella estaba vistiendo un elegante vestido largo. Pero lo que trajo lagrimas a mis ojos mientras ella subia al escenario fueron sus zapatos: Adi Hudja estaba llevando tacos altos. La autora es escritora de Jerusalem que se enfoca en las historias maravillosas de la moderna Israel. Ella se desempeña como la directora para Israel de relaciones publicas para Hadassah, la Organizacion de Mujeres Sionistas de America.