domingo, 4 de agosto de 2013
NOTA SOBRE EL ATENTADO A LA AMIA EN EL DIARIO LA OPINION DE PANAMA, POR LA EX EMBAJADORA EN ISRAEL, SRA. ADIS URIETA.
Hassan Nasralá, Líder Del Grupo Chií Libanés Hezbolá
Hassan Nasralá, Líder Del Grupo Chií Libanés Hezbolá
Desde que a las 9:53 de la mañana de aquel 18 de julio de 1994, detonó una bomba frente al edificio de la AMIA en Buenos Aires, que mató a 85 personas y lesionó a 300, y 24 horas después otra tragedia sacudiría Panamá, la visión en América Latina sobre el terrorismo internacional cambiaría para siempre.
En el 19 aniversario del aquel atentado cuando la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) y varios edificios aledaños quedaron reducidos a escombros tras el bombazo, se han realizado varios actos en conmemoración de la tragedia, entre ellos en Israel, en varias comunidades latinas argentinas, pero al igual que Panamá, los actos de terror siguen sin condena.
El Presidente de la Organización Latinoamericana, España y Portugal en Israel (OLEI) de la ciudad de Raanana, Jose Caro, expresó su frustración que a casi 20 años, no se ha conseguido el esclarecimiento del acto terrorista ni el juicio a los implicados debido a “la corrupción generalizada” en las esferas del poder político, policial y judicial.
“Nos han mostrado, una de las caras más crueles de la Argentina: la de la corrupción generalizada, aquella de la que siempre hablábamos los ciudadanos, -los verdaderos dueños del país-, pero de la que nunca tuvimos el derecho ni la posibilidad de extirpar”, expresó.
Las hipótesis, antecedentes y sucesos tras el atentado
La versión, luego de las investigaciones argentinas con la ayuda de la Mosad israelí y el FBI (Buró Federal de Investigaciones) norteamericano, más aceptada, es que el atentado fue cometido por Ibrahim Hussein Berro, militante del movimiento islámico chií libanés Jezbolá con el apoyo del gobierno de Irán. Los libaneses negaron su implicación.
En el año 2006 el Estado argentino solicitó, a través de sus fiscales de la causa, al gobierno de Irán la extradición de ocho ex funcionarios iraníes implicados en el acto terrorista, quienes estarían detrás de la puesta de la carga explosiva así como la compra de toda una red de personas que tuvieron que ver con el acto terrorista y el descarrío posterior investigación.
Una segunda hipótesis es la conexión Siria. El gobierno de la época de Carlos Menem canceló el proyecto de venta de reactores nucleares a Siria. El atentado habría sido una represalia.
El atentado fue brutal, la onda expansiva arrasó con toda la cuadra de Pasteur del 600-700, más de 1000 viviendas y comercios cercanos quedaron destruidos o afectados en más de seis cuadras, hubo pérdida de gas cuantiosa; el impacto mandó por los aires tanto a personas, como autos y árboles que arrancó del suelo.
Pero no fue un hecho aislado, ni sería el primero. La embajada israelí en Buenos Aires había sido blanco de un atentado anterior, ocurrió el 17 de marzo de 1992 cuando un suicida estrelló un furgón Ford F-100 con explosivos contra edificio de la Embajada de Israel. Murieron 29 personas y otras 242 heridas.
La embajada resultó destruida y una iglesia católica aledaña, seriamente afectada. Entre las victimas había tanto argentinos como israelíes.
Caso Alas Panamá
El atentado ocurrió justo el 19 de julio de 1994, escaso tiempo después del de la AMIA en Buenos Aires. La avioneta HP-1202 de Alas Chiricanas S.A. estalló a 15 minutos de haber iniciado el vuelo, sobrevolaba el sector de Sierra Llorona en Santa Rita de Colón, sus 21 ocupantes murieron.
Habían judíos y cristianos en la nave y un hombre árabe, Lyal Jamal, de quien se sospecha podía llevar en un maletín un radio comunicador con explosivos. Expertos en explosivos de la policía panameña encontraron entre los escombros del siniestro cuatro agentes químicos para producir explosivos.
El juez federal argentino Juan José Galeano remitió a Panamá en el año 2003 una documentación que vinculaba ese atentado con el de la AMIA ocurrido un día antes. Ni el de Panamá o el de la AMIA han sido aclarados aún. El de Panamá pese a la coincidencia, nunca fue declarado hecho terrorista.
En el 2003 se dio a conocer un comunicado de la organización Ansar Allah (Leales a Dios) que se habría atribuido ambos atentados en una publicación de un diario libanés pero nunca se comprobó la existencia de tal grupo por lo que los investigadores argentinos y panameños concluyeron que era una pista falsa para desviar la atención.
El caso ALAS fue cerrado y reabierto pero no se ha llegado a nada concluyente, incluso las autoridades de Costa Rica ayudaron con la captura de algunos supuestos sospechosos iraníes, pero luego fueron liberados.
De las varias investigaciones se evidenció que existen en America Latina integrantes de células de grupos terroristas que fácilmente pudieron cometer los tres atentados, e incluso permanecer impunes, salir y entrar de la región.
La Sangre no se negocia
Caro lamento que el actual gobierno argentino, firmara un Acuerdo, – Unilateral- con Mahmoud Ajdmadineyad, ex presidente de Irán sobre el caso, pese al reclamo de la Comunidad Judía y de gran parte de la sociedad Argentina e internacional de que no se negociara sino que se entregaran a los culpables.
Sofía Guterman, madre de una de las victimas del atentado de la AMIA, criticó la ceremonia de conmemoración en Argentina a varias autoridades gubernamentales sobre todo al canciller Héctor Timerman. El ministro argentino a explicado que no existe una cuerdo con Iran sobre el caso, sino un acercamiento, un memorándum.
El memorándum de entendimiento del 2013 entre Argentina e Iran y aprobado por el Congreso argentino, contempla que los sospechosos iraníes sean interrogados por jueces argentinos en Teherán, de alli que se podría incluso preguntar no sólo por AMIA, sino por ALAS.
Pero las autoridades iraníes ha negado que algunos de los implicados que son miembros del gobierno, como el ministro de Defensa, Ahmad Vahidi, se sometan a los interrogatorios de los jueces argentinos.
Guterman arremetió diciendo que cualquier arreglo que no sea la entrega de los implicados, será un pacto entre un país agredido y un país agresor.. “También recordamos que muchos familiares que en ese momento sostenían que con los asesinos no se negocia y pedían que la Argentina rompiera relaciones diplomáticas y comerciales con Irán, porque la sangre no se negocia, hoy aplauden el memorándum aprobado entre los dos países. No permitiremos que Irán siga escupiendo sobre la memoria de nuestros muertos”.