lunes, 30 de agosto de 2021

 

Cisma en la Yihad: ¿Al Qaeda como 'mal menor'?

 

Por Mario Noya 

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"El ISIS aboga por la Revolución/Yihad permanente, intransigente, y acusa a Al Qaeda de traicionar sus ideales salafistas y de dejar de ser lo que fue aquel Once de Septiembre"

“Si son buenos musulmanes, me soltarán”, le dijo Zia Ul Haq a un periodista del Wall Street Journal este mismo agosto. Dos días después se resolvió el condicional: los pretendidos “buenos musulmanes”, sus enemigos del Talibán, conquistaron Kabul y decidieron no serlo, asaltaron la prisión en la que estaba recluido –purgando una condena de 800 años– y, lejos de liberarlo como a la inmensa mayoría de los otros reclusos, lo asesinaron, junto a ocho correligionarios. 

Zia Ul Haq, alias Abu Omar Jorasani, fue el líder del Estado Islámico en Afganistán (EI-A) hasta su captura en abril del año pasado. Entonces, un tal Shahab al Muhayir se convirtió en el séptimo jefe de la organización terrorista en sus seis años de existencia reconocida por el EI central. (En el EI los líderes no dimiten ni se les manda a casa: a los líderes del EI los matan, por ahora el enemigo –americano–, mayormente en ataques con drones).

Al Estado Islámico en Afganistán también o sobre todo se le conoce por las siglas inglesas ISIS-K, donde la K hace alusión a Khorasan, Jorasán, territorio que comprende Afganistán y partes de Pakistán, Irán y Asia Central y que excita la imaginación de los islamistas porque una profecía augura que de allí surgirá un Ejército yihadista que, enarbolando las banderas negras del Islam que ya enarboló Mahoma, llegará a Jerusalén conquistando todo a su paso. De momento, los ¿1.5002.000, 3.000? terroristas y combatientes de este ISIS-K andan estragando Afganistán a base de ataques o atentados salvajes (al menos 77 sólo en los cuatro primeros meses del año): contra edificios o instalaciones gubernamentales, contra centros de votación, contra la minoría hazara –de confesión chií–, contra maternidades (Kabul 2020: 24 muertos, la mayoría mujeres y niños) o contra el Aeropuerto Internacional Hamid Karzai –en julio de 2018 y el pasado día 23.

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Como sucedió en Irak y luego en Siria, el ISIS/EA y Al Qaeda están enfrentados en AfganistánCisma en la Yihad. El ISIS tiene muchísima menos paciencia y es más monolítico, violento, sectario. El ISIS aboga por la Revolución/Yihad permanente, intransigente, y acusa a Al Qaeda de traicionar sus ideales salafistas y de dejar de ser lo que fue aquel Once de Septiembre. Por eso se aggiorna y ablanda (especialmente desde la Primavera Árabe) y –redoblan la acusación los discípulos del psicopático Abu Musab al Zarqawi– ya no es que no ataque a los Cruzados, sino que pacta con ellos; hasta con el Gran Satán americano, de la mano de sus aliados del Talibán, a los que rinde ominosa pleitesía. 

Por hablar en comunista: el ISIS sería la Yihad Trotskista (permanente) o Maoísta y hasta Polpotista (intransigente) y la Al Qaeda escarmentada –en cabeza propia (campaña useña post 11-S) y ajena (la aniquilación del califato del propio ISIS)–, la Yihad posibilista, centrada en la consolidación en un solo país –ayer en Siria y hoy, veinte años después del 11-S, precisamente en Afganistán–. Al Qaeda sería, pues, la Yihad Bujarinista-Stalinista, y se presenta ante las sociedades islámicas y, sobre todo, ante el resto del mundo como la Yihad Moderada, para tantos el Mal Menor.

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