martes, 7 de mayo de 2024

Del WSJ (Del presidente de la Universidad de Florida)

 LOS ADULTOS ESTAN TODAVIA A CARGO EN LA UNIVERSIDAD DE FLORIDA


La educación superior no es guardería. Aquí están las normas que seguimos en libertad de expresión y protestas públicas.
TRADUCIDO POR 
Marcela Lubczanski
Mayo 4, 2024

GAINESVILLE, Florida.

La educación superior durante años ha enfrentado una crisis que arde lento de confianza pública. La ley de la turba en algunas de las universidades más prestigiosas de Estados Unidos en las últimas semanas ha arrojado nafta sobre el fuego. Los agitadores pro-Hamas han luchado con la policía, se atrincheraron en edificios universitarios, cerraron clases, forzaron cancelaciones del comienzo, e impidieron físicamente que estudiantes judíos asistan a clases.

Los padres están furiosos con razón con el derecho estúpido de estos activistas y la timidez bochornosa de muchos administradores de universidades. Un padre lo dijo llanamente: "¿Por qué demonios alguien debería gastar su dinero para enviar a su chico a la universidad?" Los empleadores que están observando este fiasco se están haciendo la misma pregunta.

En la Universidad de Florida, nosotros decimos a los padres y a futuros empleadores: No somos perfectos, pero los adultos todavía estamos a cargo. Nuestra respuesta a las amenazas de levantar acampes es impulsada por tres verdades básicas.

En primer lugar, las universidades deben distinguir entre discurso y acción. El discurso es central para la educación. Nosotros estamos en el negocio de descubrir conocimiento y luego pasarlo, tanto el recientemente aprendido como el comprobado en el tiempo, a la siguiente generación. Para hacer eso, necesitamos fomentar un ambiente de libre pensamiento en el cual las ideas puedan ser desarmadas y reunidas nuevamente, una y otra vez. El que interrumpe no tiene veto. Los mejores argumentos merecen los mejores contraargumentos.

Para apreciar los derechos de discurso y reunión de la Primera Enmienda, trazamos una línea dura en la acción ilegal. El discurso no es violencia. El silencio no es violencia. Violencia es violencia. Así como tenemos una obligación de proteger el discurso, tenemos una obligación de mantener a salvo a nuestros estudiantes. Arrojar puñetazos, atacar edificios, profanar propiedad, escupir a policías y secuestrar una universidad no son discurso.

Segundo, las universidades deben decir lo que quieren decir y luego hacer lo que dicen. Las advertencias vacías empeoran todo. Cualquier padre que ha soportado el berrinche de un niño de dos años entiende esto. No puedes decir, "No me hagas ir hasta ahí" si no estás dispuesto a subir las escaleras y aplicar las normas. No haces una amenaza hasta que has decidido cumplirla si es necesario. De la misma manera, las universidades empeoran las cosas con llamados poco entusiastas a acatar las políticas existentes y luego negociar inmediatamente con niños pequeños de 20 años de edad.

Apaciguar a las turbas envalentona a los agitadores en otras partes. Mover las clases online es una retirada que penaliza a los estudiantes y recompensa a los manifestantes. Participar en sesiones de lucha transmitidas en vivo no promueve la discusión honesta y de buena fe. Las universidades tienen que ser fuertes defensoras de la comunidad entera, incluidos los estudiantes en la biblioteca en vísperas de un examen, y auxiliares de nuestra misión educativa fundamental. 

Las acciones tienen consecuencias. En la Universidad de Florida, hemos explicado repetidamente y pacientemente dos cosas a los manifestantes: Siempre defenderemos sus derechos a la libertad de expresión y a la libertad de reuniónpero si ustedes cruzan la línea sobre actividades claramente prohibidas, serán arrojados fuera del campus y suspendidos. En Gainsville, eso significa una prohibición de tres años del campus. Eso es serio. Lo dijimos. Lo quisimos decir. Lo ejecutamos. Desearíamos no haber tenido que hacerlo, pero los estudiantes sopesaron los costos, tomaron sus decisiones, y serán dueños de las consecuencias como adultos. Estamos en una universidad, no una guardería. No mimamos las emociones, luchamos con las ideas.

En tercer lugar, las universidades tiene que volver a comprometerse con la educación real. En lugar de involucrarse en un amplio rango de ideas con curiosidad y humildad intelectual, muchas disciplinas académicas han capitulado ante una visión dogmática de la política de identidad. A los estudiantes se les enseña a dividir el mundo en categorías inmutables de opresores y oprimidos, y a hacer juicios radicales de forma acorde. Con poca consideración por la complejidad histórica, la agencia personal o la dignidad individual, mucho de lo que pasa como pensamiento sofisticado es fanatismo cuasi-religioso.

Los resultados están ahora en exhibición plena. Los estudiantes embebidos en este dogma cantan consignas violentas como "por cualquier medio necesario." ¿Cualquier? Memes de parapentistas han reemplazado a las remeras del Che Guevara. ¿Pero qué parapentistaslos salvajes que violaron a niñas adolescentes en un concierto? "Desde el río hasta el mar." ¿Cuál río? ¿Cuál mar?

Hombres y mujeres jóvenes con poco entendimiento de la geografía e historiaincluso de eventos recientes como el rechazo de los palestinos de la oferta del Presidente Clinton de una solución de dos estadosse meten en geopolítica con consignas de stickers de paragolpes que ellos no entienden. Para un solitario subconjunto de la generación ansiosa, estos bandos de protesta pueden convertirse en un lugar para encontrar un raro saboreo de comunidad. Esta es su escenario para juego de roles de revolución. Subir comentarios sobre tu carpa "libre de alergenos" en el patio es bastante más fácil que hacer trabajo real para ayudar a los oprimidos.

Las universidades tienen una obligación de combatir esta ignorancia con enseñanza rigurosa. La educación que cambia vidas explora alternativas, enseña el desorden de la historia, y cuestiona toda afirmación de la verdad. El conocimiento depende de la duda sana sobre uno mismo y de una disposición humilde a cuestionar las certezas sobre uno mismo. Este es un mundo complicado porque los humanos caídos son complicados. Las universidades deben preparar a sus estudiantes para la realidad más allá del campus, donde 330 millones de sus conciudadanos discreparán sobre temas importantes y divisivos.

Los insurrectos que atacan edificios de la administración, los antisemitas que golpean judíos, y los activistas titulados que buscan atención no están persuadiendo a nadie. Tampoco están apelando a los mejores xxx160ngeles de nadie. Sus tácticas son amenazas desnudas para la misión de la educación superior.

Los docentes deberían estar haciendo ingresar a los estudiantes dentro del mundo del argumento y la persuasión. Las mentes son cambiadas por medio de la razón, no de la fuerza. El progreso depende de los que hacen el trabajo conmovedor y paciente de inspirar los intelectos. Martin Luther King Jr., el filósofo más grande de Estados Unidos, contrarrestó el pecado original del racismo de la nación afilando los mejores argumentos a lo largo de milenios. Para ganar los corazones, él ofreció esperanza que el amor podría superar la injusticia.

El enfoque de King no podría ser más diferente de la violencia y destrucción aborrecibles en exhibición a lo largo de los campus del país. El nos mostró una forma en que la protesta puede persuadir en lugar de intimidar. Debemos modelar eso para nuestros estudiantes. Hacemos eso volviéndonos a comprometer con las bases de la libertad de discurso, las consecuencias y la educación genuina. Los estadounidenses entienden esto. Queremos creer en el poder de la educación como una forma de elevar la dignidad humana. Es hora que las universidades hagan sus trabajos nuevamente.

El Sr. Sasse es presidente de la Universidad de Florida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.