del WSJ

 HAMAS VA CONTRA LA CORRIENTE

Si el grupo terrorista no puede robar la ayuda alimentaria, no quiere que los gazatíes la tengan tampoco.

Por la Junta Editorial

Mayo 27, 2025

TRADUCIDA POR Marcela Lubczanski

¿Ustedes alguna vez han escuchado de un genocidio en el cual el agresor acepta un alto al fuego y busca traer ayuda a los civiles, mientras la víctima se rehúsa y ordena a su pueblo rechazar la comida? Ese es el juego que está jugando Hamas en Gaza.

Una nueva instalación de ayuda abrió en Rafah el martes, el lanzamiento de un plan para distribuir comidas en lugares seguros en lugar de enviar camiones de ayuda a lo largo de Gaza para que Hamas los saquee. Hamas dijo que esta provisión de alimento a su propio pueblo es "completamente inaceptable" e instó a los gazatíes a "no cooperar con ella."

Para los que quieren el alimento, Hamas tuvo una amenaza: "Cualquiera que coopere con la ocupación en imponer su agenda, pagará el precio, y tomaremos las medidas necesarias contra ellos." Hamas castiga a los palestinos que considera colaboradores con tortura y muerte.

De acuerdo con la Gaza Humanitarian Foundation (GHF), el grupo apoyado por Estados Unidos que dirige la operación de ayuda, Hamas intentó impedir que a los gazatíes les llegue el alimento. "Los gazatíes experimentaron retrasos de varias horas en acceder al sitio debido a los bloqueos impuestos por Hamas," dijo. Pero las muchedumbres se volvieron tan grandes que Hamas no pudo detenerlas.

Ellas atravesaron los bloqueos y probaron ser demasiado numerosas para la instalación de ayuda también. Israel dice que sus tropas hicieron disparos de advertencia fuera del complejo. La GHF dice que el personal y los contratistas de seguridad "retrocedieron para permitir que un pequeño número de gazatíes tome la ayuda de forma segura y se disipe" antes que se reanudaran las operaciones. La GHF informa repartir 462,000 comidas y espera que la ayuda se incremente cada día. Pobló una segunda instalación con ayuda y planea abrir más sitios. Un portavoz nos cuenta que muchos gazatíes dijeron que "esta fue la primera ayuda que recibieron alguna vez sin ser obligados a tener que pagar por ella." 

Hamas sostiene su gobierno con un flujo de salarios y patronazgo, los que dependen de su control lucrativo de la ayuda. Poner fin a eso podría transformar la guerra, entonces Hamas combate el nuevo plan de ayuda para mantener el control.

La vergüenza es que la Organización de Naciones Unidas y los grandes grupos de ayuda lo combatan igual de duro. Enfrentando fuertes presiones, el jefe de GHF renunció el domingo. El ex líder de respuesta de USAID, John Acree, está a cargo ahora. Los críticos dicen que mantener la medida de impedir que la ayuda llegue a manos de Hamas viola los principios humanitarios, especialmente la neutralidad.

Ellos ven neutral y preferible el viejo método, el cual permitió a Hamas desviar la ayuda de los civiles. Que éste ha prolongado la guerra sosteniendo a un ejército terrorista, aparentemente no es de interés humanitario alguno en el universo moral dado vuelta de la "comunidad internacional." 

 

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