miércoles, 22 de octubre de 2025

 

Francia recurre a una empresa de seguridad israelí tras el audaz robo del Louvre

Cuando ladrones con pasamontañas destrozaron una ventana del Louvre con una grúa el domingo por la mañana, irrumpiendo en la Galería Apolo para apoderarse de piezas de la colección real francesa, pareció un ataque audaz incluso para los estándares parisinos.

Pero mientras el museo más visitado del mundo lidia con el robo de joyas invaluables ante la mirada conmocionada de turistas, los investigadores franceses están buscando ayuda en el extranjero, mostrando una profunda preocupación no solo por los tesoros robados, sino también por quién pudo haberlo permitido.

Las autoridades francesas, deseosas de evitar cualquier sospecha de parcialidad o conflicto de intereses, solicitaron ayuda externa casi inmediatamente después del robo.

Como en casos de gran repercusión anteriores, buscaron una firma internacional para garantizar la transparencia e independencia de la investigación.

Una de las empresas que colaboraron fue CGI Group, propiedad del exjefe del Shin Bet Yaakov Peri, que obtuvo reconocimiento internacional por ayudar a resolver el robo de la Bóveda Verde de Dresde, donde se robaron joyas y diamantes por valor de 113 millones de euros de un museo alemán.

El robo del Louvre se desarrolló con una precisión cinematográfica.

Alrededor de las 9:30 a. m., justo después de que el museo abriera sus puertas, cuatro hombres desarmados subieron con una grúa a un piso superior, rompieron una ventana y entraron en la dorada Galerie d’Apollon, que alberga las joyas de la corona francesa.

Amenazaron a los guardias de seguridad con amoladoras angulares, confiscaron nueve objetos, ocho de los cuales se llevaron, y huyeron en motocicletas por las calles del centro de París.

Entre las piezas robadas se encuentra una corona perteneciente a la emperatriz Eugenia, esposa de Napoleón III, que se cayó durante la huida y fue recuperada posteriormente.

«Esa corona por sí sola vale varias decenas de millones de euros», declaró Alexandre Giquello, presidente de la casa de subastas Drouot. «Y no es, en mi opinión, la pieza más importante».

Los ladrones ignoraron notablemente el diamante Regent, una de las gemas más famosas del mundo, valorada por Sotheby’s en más de 60 millones de dólares.

«No tengo explicación. Solo cuando estén bajo custodia entenderemos qué tipo de orden tenían y por qué no se llevaron esa ventana», admitió la fiscal de París, Laure Beccuau.

«Hoy en día, cualquier cosa puede vincularse al narcotráfico, dadas las importantes sumas de dinero obtenidas de él», afirmó Beccuau, sugiriendo que las joyas podrían servir como instrumentos para blanquear ganancias ilícitas.

Si bien el fiscal enfatizó que la injerencia extranjera no figuraba entre las principales hipótesis, la escala y la velocidad de la operación apuntan a una red profesional y organizada.

El presidente Emmanuel Macron, calificando el robo de “ataque a un patrimonio que apreciamos porque es nuestra Historia”, prometió recuperar las obras robadas y llevar a los autores ante la justicia.

Fuente: Ctech.



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