¡SHABAT SHALOM, MUNDO HERMOSO!
LA GENTE QUE ME GUSTA
Me gusta la gente sencilla.
La más austera, la que carece de alardes y adornos superfluos.
La que no se pone a sí misma por ejemplo de nada.
Las personas de risa fácil.
Las que no confunden lo que son con lo que tienen.
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Me gusta la gente accesible.
La que diferencia claramente entre la capacidad, la inteligencia y la sabiduría.
La que no se adjudica lo que alguna vez estudió o leyó.
La que jamás olvida que en cualquier momento todo se termina.
La que saluda y sonríe, incluso por las dudas.
La que al pedir perdón no siente que ha perdido una guerra.
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Me gusta la gente ocupada de sí misma, la que intenta mejorar, crecer, pulirse.
Y que no mira la comida del plato ajeno.
La que conoce sus raíces, sus tradiciones, y las respeta simplemente por pertenecerle.
Como su apellido.
Admiro a los que, a pesar de habitar en un mundo chiflado, conservan la proporción y la cordura elemental.
Y el sentido común.
La gente que disfruta con poco, la que agradece siempre, la que comparte, reparte, siembra, y que de modo permanente tiene en su boca una palabra de aliento.
La que te extiende una mano, incluso aunque tú no lo hayas hecho.
Ay!
Ellos son mis ejemplos, mis modelos y mis auténticos maestros.
Y ruego que sean los de mis hijos y mis nietos.
Lo suplico.
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