LA PURGA ANTI-ISRAEL DE LA ONU POR EL 'GENOCIDIO'
Alice Nderitu dijo que la campaña de Israel en Gaza no cumple la definición de genocidio. Fue despedida.
Por la Junta Editorial
Noviembre 25, 2024
traducido por Marcela Lubczanski
La Organización de Naciones Unidas hace mucho tiempo perdió la credibilidad como árbitro moral, pero su ataque contra Israel está tocando un nuevo punto bajo. El miércoles la ONU rechazará renovar el contrato de Alice Wairimu Nderitu, la keniana que es la Asesora Especial sobre la Prevención del Genocidio.
La Srta. Nderitu es una mediadora consumada, cuya biografía de la ONU la describe como una "voz reconocida en el campo de construcción de paz y prevención de violencia." Ella se ha desempeñado en ese rol desde el 2020 y su mandato estado marcado por el estudio cuidadoso del peor crimen de la humanidad. Ella está siendo despedida porque se ha mantenido firme en su creencia que la guerra de Israel con Hamas no es genocidio.
En el 2022 su oficina emitió un documento guía sobre "cuando referirse a una situación como 'genocidio.'" El documento destacaba que los funcionarios de la ONU deberían "adherir al uso correcto" del término debido a las sensibilidades políticas y legales que lo rodean y "su frecuente mala utilización al referirse a crímenes a gran escala y graves cometidos contra poblaciones particulares."
Su documento explica que el término “genocidio” fue acuñado en 1944 por el abogado polaco Raphael Lemkin para describir las masacres de grupos étnicos enteros con la intención de eliminarlos. Esa definición, ha dicho la Srta. Nderitu, incluye al Holocausto, al genocidio de los tutsis a manos de los hutus en Ruanda, la matanza serbia de los musulmanes bosnios, y puede incluir las matanzas étnicas que están sucediendo ahora en Sudán.
Como una cuestión legal, establecer un patrón de violencia como genocidio requiere demostrar la intención. La campaña de defensa propia de Israel no califica. La guerra contra Hamas ha tenido muchas muertes, pero la estrategia de Israel tiene la intención de desmantelar a un régimen terrorista, no de eliminar a un grupo étnico. El estado judío ha hecho todo lo posible por minimizar las bajas civiles palestinas, aun cuando Hamas usa a los civiles como escudos humanos para que sus muertes puedan ser utilizadas como propaganda.
Eso no es lo que la camarilla anti-Israel en la ONU quiere escuchar. El 14 de noviembre el Comité Especial de la ONU para Investigar Prácticas Israelíes publicó un informe apoyando las acusaciones de genocidio. El informe anunciaba que había enocntrado "serias preocupaciones sobre infracciones de los derechos internacional humanitario y de derechos humanos" y "la posibilidad de genocidio en Gaza y un sistema de apartheid en la Margen Occidental."
El comité está siguiendo el ejemplo del austríaco Volker Turk, el Alto Comisionado de la ONU de Derechos Humanos, quien ha pasado el último año atacando a Israel. Sus afirmaciones son repetidas a menudo por el secretario-general de la ONU, Antonio Guterres y los críticos de Israel. El comité está comprendido por los estados miembros Malasia, Senegal y Sri Lanka. Senegal y Malasia son naciones de mayoría musulmana con una historia de hostilidad hacia Israel.
La Srta. Nderitu sirve a gusto del Sr. Gutterres, y el Sr. Turk y la facción anti-Israel la quieren afuera. Un portavoz de la ONU nos envió una declaración que “Alice Nderitu está dejando la ONU ya que su contrato está expirando." Agregaba que el "genocidio es definido estrictamente en el derecho internacional y cualquier determinación legal" es tomada por medio de "organismos judiciales apropiados."
Sin embargo, el Secretario-General tiene la autoridad para extender el contrato de la Srta. Nderitu, y los contratos de la ONU a menudo son renovados cuando expiran sus mandatos. La remoción de la Srta. Nderitu es una elección política.
Más allá de la suerte de la Srta. Nderitu, el daño aquí incluye definir el genocidio. La palabra se ha vuelto un arma de propaganda política que erosionará su autoridad moral cuando sea necesaria para describir horrores genuinos.
La Srta. Nderitu puede estar fuera, pero su rechazo a respaldar una mentira al servicio de una agenda política ha sido un perfil en coraje. ¿Puede alguien con integridad sobrevivir en la ONU?
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