viernes, 8 de noviembre de 2024

DEL WSJ

 EN UN DIA DESAPARECIERON DOS DE LOS MAYORES FRENOS SOBRE NETANYAHU DE ISRAEL

El primer ministro israelí está esperando una mayor libertad de acción por parte de Washington en su lucha por resolver los conflictos en Gaza, Líbano y con Irán.
TRADUCIDO POR Marcela Lubczanski
Por Anat Peled
Noviembre 6, 2024


TEL AVIV—Dos significativas restricciones sobre la capacidad del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu de dar forma a la política de seguridad ahora se han ido.
El despidió a su ministro de defensa, Yoav Gallant, su oponente más feroz dentro de su propio gobierno, y Donald Trump ganó la elección en Estados Unidos. Se creía ampliamente que Trump era menos crítico de las políticas de Netanyahu que su oponente, la vicepresidente Kamala Harris.
Tanto localmente como internacionalmente, Netanyahu ahora tiene más espacio de maniobra.
Gallant, reflejando la visión del ejército de Israel, había estado presionando públicamente para que el primer ministro acepte un cese del fuego a cambio de un acuerdo de liberación de rehenes, trayendo al liderazgo palestino que podría reemplazar a Hamas en Gaza y empezar discusiones sobre un cese del fuego en Líbano.
Netanyahu, quien llama a la "victoria total" en la guerra, ha dicho que Israel no puede dejar de combatir en Gaza hasta que Hamas sea destruido. El ha rechazado la presión localmente y desde Estados Unidos para que acepte un acuerdo de alto el fuego que pondría fin a la guerra.
Se esperaba ampliamente que Harris continuara las políticas de la administración Biden hacia Israel, las que incluían aplicar presión para proporcionar más ayuda humanitaria a los gazatíes o enfrentar amenazas que le bloquearan los envíos estadounidenses a Israel de armas muy necesarias. La administración Biden ha suministrado a Israel armas durante la guerra pero a veces ha lentificado su envío. Estados Unidos también está presionando por un acuerdo de cese del fuego en Gaza y Líbano.
Netanyahu llamó histórica a la victoria de Trump y dijo que "ofrece un nuevo inicio para Estados Unidos y un poderoso compromiso renovado para la gran alianza entre Israel y Estados Unidos. ¡Esta es una victoria enorme!" La oficina del primer ministro dijo más tarde el miércoles que Netanyahu había llamado a Trump para felicitarlo.
Además de permitir a Israel proseguir sus guerras más libremente, es improbable que Trump continúe la política de la administración Biden de sancionar a los colonos israelíes en la Margen Occidental. El líder de una de las organizaciones colonas paraguas más grandes dijo que una victoria de Trump "saca de la mesa la amenaza de un estado palestino." Las encuestas en Israel mostraron que una amplia mayoría de los israelíes había preferido a Trump por sobre Harris.
"El piensa que estará menos restringido por Trump," dijo Gideon Rahat, miembro principal en el Israel Democracy Institute. "Este es un hito importante para él," ya que Netanyahu cree que su posición se ha fortalecido de cara al mundo y que esto le dará más control en dirigir la guerra, dijo Rahat.
Algunos analistas dicen que las posiciones políticas de Trump respecto a Israel todavía son turbias. El ha dicho que no quiere una guerra regional y piensa que Israel debería terminar su combate en Gaza antes que él asuma el cargo. Con Trump sólo dispuesto a asumir su posición en enero, tampoco queda en claro si la política estadounidense hacia Israel cambiaría en los próximos meses.
Netanyahu echó a Gallant el martes a la noche luego de meses de discrepancias y lo que él dijo fue un quiebre de la confianza entre los dos hombres, quienes apenas se hablan, de acuerdo con gente familiarizada con el tema. Miles de israelíes salieron a las calles de Tel Aviv y otras ciudades israelíes para protestar por el despido de Gallant tarde en la noche.
El miércoles fueron enviadas una cantidad de peticiones a la Corte Suprema de Justicia israelí, desafiando el despido de Gallant bajo el fundamento que la decisión de primer ministro fue extremadamente irrazonable, una causa legal de acción en el derecho administrativo israelí para anular una decisión gubernamental.
La decisión de despedir a Gallant también reflejó una división profunda entre el primer ministro y el establishment de seguridad de Israel, al cual le preocupa que el ejército esté estirado en múltiples frentes. Gallant fue el principal proponente del punto de vista del ejército dentro del gobierno. Sin él, Netanyahu puede tener control casi total sobre la política de guerra. El reemplazo de Gallant, el actual ministro del exterior, Israel Katz, es visto como un aliado cercano de Netanyahu que no asumiría una postura independiente sobre los objetivos de la guerra.
La administración Biden y sus aliados europeos consideraban a Gallant una contraparte de fiar en medio de la creciente frustración de la Casa Blanca con Netanyahu por los intentos de llegar a un cese del fuego en Gaza y una guerra en expansión en el Medio Oriente sin ningún final claro a la vista.
Pero con la victoria de Trump en la elección estadounidense, es probable que Netanyahu enfrente menos retroceso por la medida y obtenga una administración en la Casa Blanca que sea menos crítica de su conducta. Los analistas dicen que Netanyahu estaba esperando una victoria de Trump, en parte porque él hace mucho tiempo se ha identificado con y compartido las visiones republicanas.
Un funcionario de Estados Unidos llamó preocupante a la decisión de despedir al ministro de defensa. "Tenemos preguntas reales sobre las razones para el despido de Gallant y acerca de qué está impulsando la decisión," dijo el funcionario. Gallant era el defensor más vocal de un acuerdo de alto el fuego en Gaza y a menudo sirvió como un contrapeso para una línea más dura impulsada por Netanyahu en las negociaciones, la ayuda humanitaria, y el día después en Gaza. Durante el curso de la guerra, Gallant habló más de 80 veces con el secretario de defensa estadounidense, Lloyd Austin. 
Un factor clave para el despido fue la política interna, específicamente la necesidad de Netanyahu de aprobar un proyecto de ley para eximir a los hombres ultraortodoxos del servicio militar, algo a lo que Gallant se opuso debido a cuestiones de mano de obra en el ejército israelí. Un pequeño grupo de reservistas se pone al hombro la carga y sigue siendo llamado nuevamente para servir durante meses al final. Netanyahu depende del apoyo de los partidos ultraortodoxos para mantener su coalición gobernante.
La cuestión está llegando a un punto crucial con la necesidad de Netanyahu de los votos de los ultraortodoxos para aprobar el presupuesto 2025 de Israel, el cual por ley debe ser aprobado en los próximos meses, o Netanyahu podría enfrentar elecciones anticipadas.
En una conferencia de prensa después de su despido, Gallant dijo que creía que fue echado por su oposición a una ley para eximir a los ultraortodoxos del servicio militar.
"En este momento el juego de sillas musicales en el gobierno consiste en solidificar su coalición, y obtener una versión suavizada del proyecto de ley de reclutamiento para los ultraortodoxos," dijo Reuven Hazan, un científico político en la Universidad Hebrea de Jerusalén.
El proyecto de ley de reclutamiento, sin embargo, sigue siendo ampliamente impopular entre el público israelí.
"El quitó un obstáculo pero puede haberse creado un obstáculo importante localmente," dijo Alon Pinkas, un ex cónsul general israelí en New York, quien dijo que el proyecto de ley podría enfrentar reacción pública tanto como oposición por parte de los miembros no ortodoxos de la coalición de Netanyahu.
En una corta misiva a Gallant publicada por la oficina del primer ministro el martes a la noche, Netanyahu dijo que estaría reemplazando a Gallant por Katz en las siguientes 48 horas.
Netanyahu también fortaleció su coalición el martes a la noche, reemplazando a Katz por el líder de un partido chico de derecha liderado por Gideon Saar. Esto lleva a la coalición de Netanyahu arriba de 68 bancas en el parlamento israelí de 120 bancas, o Kneset.

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