martes, 9 de octubre de 2012
VISITANDO A MADRE
**Visitando A Mi Madre**
El tren se detuvo y yo bajé al andén, el único andén que había, en ese pueblo perdido
de la vista del Creador. Junto conmigo un saco de correos y unos cuantos diarios, del
día anterior. El tren pegó el silbido y se fue de la estación.
Yo tomé el camino al pueblo, despacio pero sin respiro, y en una legua y media estaba
en el caserío. Llegué rozando el medio día, en el primer boliche pedí medio litro, por el
polvo del camino, un bife y una tortilla, que mi estómago pedía. Al pagar le pregunté al
patrón:
* Como se llega a la tierra, donde la gente encuentra la paz *
- Amigo, hay dos maneras para llegar a ese lugar, una es con cajón de álamo, y la otra
siguiendo las vías hasta el paso a nivel, y al llegar a la loma, lo reconocerá al ver -
El sol a plomo caía y me puse en camino, antes de la hora ya había llegado a destino.
No tapial, no alambrado, ni rejas. No un árbol que de sombra, y el viento pueda hacer
silbar, como un coro por los que ya no están.
Me acerqué a un muchacho, encargado del lugar, de abrir la tierra y los muertos enterrar,
además arrancar los yuyos que el dejaba crecer: ! En invierno se secan y con el viento
se van !
Él me indicó donde estaba enterrada mi mama, una tumba de ladrillos, quemados por el sol, era el poncho que cubría el cuerpo que Di-s le dio. Sin saber que hacer, me puse de
cuclillas, después de rodillas y finalmente, firme y de pie, como respetando una bandera.
! Así le hablé ! Soy yo, mama, tu hijo que ha venido a verte desde muy lejos, y ahora
que estoy a tu lado no sé que decir. ¿ Acaso tu estás ahí ?
La vida nos separó, por caminos diferentes, y hoy que te he ubicar, te prometo que
todos los años vendré a verte, mientras tenga vida. Si no vengo, mama, es porque he
muerto, en ese caso, seguramente, tu estarás esperándome en otro lado, como lo has
hecho hoy.
! Mama, te pido tu bendición, para que cada vez que vuelva, estés en paz, como hoy !
Mario Beer-Sheva