viernes, 20 de septiembre de 2013
Sucot,
Jag Haazif y Zman Simjatenu
Rabino Daniel Oppenheimer)
Sucot es la fiesta con la cual culminan las tres llamadas "Regalim", por la obligación que tenían los israelitas de visitar el Bet HaMikdash (el templo de Jerusalem) en Pesaj, Shavuot, y Sucot. (Regalín = Peregrinación)
Al mismo tiempo, la fiesta de Sucot sigue a las anteriores de Rosh HaShaná y Iom Kipur (cuyas característocas principales las relacionan al Juicio Divino).
Desde el punto de vista agrícola, esta fiesta (Jag HaAsif - fiesta de la recolección), termina la temporada y prepara para el invierno que se asoma en el hemisferio norte donde está situada la tierra de Israel. Esta fiesta se denomina también "Jag - fiesta", pues en ella se exige "VeSamajta BeJagueja" estar alegre.
LA SUCA
Se nos ordenó habitar en la Sucá durante siete días. La Sucá es una construcción con paredes firmes con un techo precario formado por cañas, mimbre, madera o cualquier elemento vegetal no comestible cortado de su lugar de crecimiento. Recuerda la milagrosa travesía del pueblo de Israel por el desierto inhóspito confiando al Todopoderoso su manutención y la de su familia. Refleja, al mismo tiempo, la condición pasajera de la vida en este mundo y por ende, obliga al judío a reflexionar acerca de la razón de su existencia y le recomienda no vivir con falsas ilusiones basadas en lo material.
A quien está en posición holgada, la Sucá le enseña a no confiar en sus bienes materiales ni permitir que éstos lo alejen de D"s. A quien está en un mal trance, la Sucá le recuerda que en su momento, cuando carecíamos de todo, D"s nos mantuvo aun en el desierto y que nunca hay que desesperar.
Al pueblo de Israel en general, la Sucá lo apoya en su camino del Galut (destierro) y le rememora su recorrido por donde fue evidente la protección Divina, haciéndole saber que si sobrevive a todas las naciones que lo persiguen es porque D"s le encomendó una misión de enseñanza al mundo. Aun cuando fuese tentador sentirnos ciudadanos fijos en el seno de otra nación, le ordena salir a la Sucá y saber que en todos los países nuestra estadía es transitoria.
LA SIMJA (alegría)
Asimismo, y unido al precepto de la Sucá, debemos no sólo estar alegres en la fiesta (VeSamajta BeJagueja), sino aprender a "ser" alegres en todo momento sin necesidad de algún estímulo especial y aun cuando la situación creara ansiedad, preocupación o incertidumbre en nosotros. El hecho de que la Torá exija un período de siete días para esta fiesta frente a uno por Rosh HaShaná y Iom Kipur hace suponer que el aprendizaje de la alegría constante en la vida es sumamente dificultoso. Es sumamente interesante que en Sucot se lee Meguilá Kohelet (Eclesiastés - uno de los libros del TaNaJ atribuido al rey Salomón), que habla precisamente del carácter pasajero de la vida y, luego de haber considerado todas las alternativas, aconseja temer al Todopoderoso y cumplir sus leyes.
LAS CUATRO ESPECIES
En la fiesta de Sucot, se toman cuatro especies para recitar sobre ellas una bendición. Son: El Lulav (hoja de datilera), El Etrog (un cítrico de características determinadas), tres Hadasim (ramos de mirto parecidos al arrayán) y dos Aravot (ramitas de sauce).
Representan a cuatro órganos vitales del cuerpo humano: la columna vertebral (lulav) la cual al inclinarse o al mantenerse erguida demuestra sumisión, orgullo o soberbia, el corazón (etrog) sede de los sentimientos humanos, los ojos (hadasim) que pueden mirar con envidia o con generosidad y los labios (aravot) que manifiestan lo que pensamos.
Las mismas cuatro especies representan a cuatro clases distintas de judíos: aquel que posee sabor - estudio (dátil), quien posee aroma - buenos actos (mirto), quien posee ambos (citrón) y carece de ambos (sauce).
Unicamente unidos, son adoptables ante el Todopoderoso. Sentirse satisfecho en forma individual desinteresándose por el bienestar espiritual de otra persona no es el camino de la Torá.
El último día de Sucot es Hoshaná Rabá, dedicado especialmente al "labio". Hay quienes estudian Torá toda la noche. Shminí Atzeret (Simjat Torá) marca el día de "concentración" y reflexión de todo aquello que se aprendió en las fiestas y el día en que se comienza a estudiar y leer la Torá en el órden correlativo a partir de Bereshit (Génesis) todos los sábados. En el judaísmo, el estudio es la máxima fuente de alegría.
Jag sameaj!
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