lunes, 2 de octubre de 2017

Y hoy, vuelvo a recordar el ayer y ahí estás tu; con tu tímida sonrisa, con tus labios que temblaban, con tantas dudas, miedos y preguntas; y yo sin respuesta que calmen y
alegren tu vida, de haberte enamorado de un hombre como yo.
Los recuerdos galopan en tropel, buscando la luz del presente y tu siempre, estás al frente, como testigo de la alegría y la tristeza, que puede llegar a producir un amor.

Mario Beer-Sheva

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