miércoles, 29 de junio de 2022

 


EL ENIGMA PALESTINO                 Victor Zajdenberg (CABA 26/06/2022)

¿Qué es Palestina?; ¿Quién es Palestina?; ¿Con cuál de las Palestinas debería Israel negociar el empeño de Occidente de crear un “Estado Palestino” junto al Estado de Israel después de las numerosas oportunidades desperdiciadas por los propios palestinos de instalarlo? ¿Por qué rechazaron el “Plan del Siglo” sugerido por Donald Trump, el ex Presidente de los Estados Unidos?

En una gran parte de Judea y Samaria, o sea en Cisjordania, gobierna la Autoridad Nacional Palestina (ANP) con el dominio hegemónico de la Organización de la Liberación de Palestina (OLP), la que tiene Parlamento propio, Poder Judicial designado, Funcionarios exclusivos, Policía legítima y un Presidente, Mahmud Abbas, que fue elegido tiempo atrás para actuar dentro y fuera de su territorio autónomo desde la ciudad de Ramallah, a la que consideran Capital provisoria de la ANP. A este Gobierno solo le faltan Fuerzas Armadas, pero en el mundo tampoco la tienen Costa Rica, Mónaco, Luxemburgo y en países como Alemania y Japón son reducidas con prohibición expresa de poseer armamento nuclear. De todos modos este territorio está infiltrado por el Hamás y la Jihad Islámica, ambas a las órdenes de la República Islámica de Irán, por lo que Israel está obligada a realizar permanentes acciones y detenciones de estos peligrosos jihadistas.

En la Franja de Gaza, que ya es denominada Hamastán, gobierna la Organización terrorista Hamás que desplazó a la OLP mediante una sangrienta toma del poder y donde el 99 % de su población es islámica, luego de vaciar la zona de judíos (judenrein), para instaurar la pureza coránica de la “sharaia”. Hamas se niega a reconocer la existencia del Estado Judío y en sus Estatutos pretende no solo su destrucción sino también el vaciamiento judío en toda la imaginativa conquista palestina. El propio Presidente Abbas tildó al Hamás en varias oportunidades como “una banda de asesinos y criminales que tomó el poder en Gaza por la fuerza y que solo saben utilizar la violencia para el logro de sus objetivos”. Estos fanáticos han comenzado cuatro guerras contra Israel y en la última de las mismas lanzaron más de 4.000 misiles y cohetes hacia Tel Aviv y Jerusalem, milagrosamente detenidos la gran mayoría de ellos por la Cúpula de Hierro antimisilística israelí.

El Reino de Jordania está integrado por una población cuyo 70% es de origen palestino y un 30 % de beduinos, quienes componen la fuerza militar y funcional que respalda la seguridad del Rey Habdullah II y su Monarquía. Jordania perdió el dominio de Cisjordania luego de la “Guerra de los seis días” (1967) y desistió en su momento de la propuesta del Presidente Reagan de los Estados Unidos de conformar una Federación conjunta jordana-palestina que, quizás, hubiese sido la solución a los perpetuos problemas de los árabes de Palestina. El Reino de Jordania es el 2º. País árabe después de Egipto en firmar sendos Tratados de Paz con el Estado de Israel. Los Acuerdos de Abraham han ampliado las Relaciones Diplomáticas de Israel con los Emiratos Árabes Unidos y el Reino de Bahrein, estando en curso nuevas tratativas con Marruecos, Sudán y Arabia Saudita.

En la conflictiva República Árabe de Siria, cerca de su Capital Damasco, existe también una población palestina proveniente del “Septiembre Negro” producido en Jordania durante el intento de derrocar al Rey del mismo. Estos refugiados palestinos se encuentran en el medio de la tremenda guerra que se desarrolla en ese país desde el año 2011. El Presidente de Siria Assad se ha aliado a la Organización Hezbollah y a Irán para consolidarse en su país, permitiendo el paso de armamento iraní con el objetivo de fortalecer a dicha Organización terrorista con misiles y lanzaderas ubicadas en el sur del Líbano-norte de Israel, preparándola para futuras rondas de guerras contra Israel, como ya las hubo en 1982 y 2006.

El movimiento terrorista Hezbollah que tiene como prisioneros a la población civil del Líbano, a su Parlamento y hasta ha asesinado al ex Presidente Hariri de lo cual sigue impune, posee un ejército informal más poderoso que el propio ejército formal de ese fallido Estado, llamado otrora la “Suiza del Medio Oriente”.  Su formación está integrada también por palestinos con intenciones de provocar la devastación del Estado de Israel por el norte del mismo. La formación militar de las Naciones Unidas (ONU) ubicada en la frontera entre ambos países, supuestamente para hacer cumplir el alto el fuego de la guerra del 2006 llamada Líbano II e impedir que el Hezbollah se rearmara, cumple una borrosa y lamentable función cerrando los ojos ante el abierto e incesante aprovisionamiento de armas de guerra que desde Irán pasan por Siria. Es entonces que Israel debe intervenir desde los cielos de Siria para detener el flujo de dicho armamento.

Finalmente, el sexto tentáculo de este pulpo llamado Palestina está dentro de los límites del propio Estado Judío. Muchos de los árabes que viven en el Estado de Israel, o sea los árabes israelíes, se consideran a sí mismos “palestinos con ciudadanía israelí”, hermanos de los palestinos que quieren destruir el Estado donde ellos viven. Cuando los palestinos de Cisjordania o de Gaza encaran acciones contra Israel estallan conflictos y atentados de los árabes israelíes contra sus vecinos  judíos en varias ciudades donde ambas colectividades conviven.

“Durmiendo con el enemigo” es el título de una película que encaja muy bien con estos dramáticos sucesos ya que de ésta población árabe interna surgieron terroristas que en el pasado se suicidaron en los comedores de las Universidades judías donde estudiaban o trabajaban, asesinando a sus propios compañeros de estudio o a los estudiantes que almorzaban o cenaban.

En los últimos tiempos hubo ataques de los así llamados “lobos solitarios” que, con cuchillos, hachas o automóviles, atacaron a mansalva a ciudadanos siendo asesinados cerca de 20 israelíes y numerosos heridos, lo que impulsó al Sistema de Seguridad de Israel a intensificar la búsqueda de estos terroristas que deambulan de un lado a otro de la línea verde que divide a Israel de los territorios palestinos.

Entonces surgen preguntas inevitables: ¿Qué hacer?, ¿Con quién negociar? Los seis tentáculos de éste pulpo tienen intereses nacionales distintos e ideologías coránicas contrapuestas, llevándolos a tener enfrentamientos sangrientos entre ellos mismos y provocando odios ancestrales hacia los judíos de Israel. Nadie en Occidente quiere tomarse el trabajo de entender este complejo y dramático ajedrez oriental; el Presidente Biden de los Estados Unidos y sus socios europeos solo ven la punta del iceberg donde existe sin resolver una enorme y peligrosa realidad. Y mientras solo se quiera serruchar la punta del iceberg, imponiendo a Israel un programa débil y transitorio, la solución del “enigma palestino” estará lejos de poder ser concretado.

 

 

 

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