PERSONALIDADES JUDIAS DE TODOS LOS TIEMPOS
Eran tiempos terribles en Roma ese octubre de 1943.
Se trataba de una enfermedad neurológica rara y altamente contagiosa que producía convulsiones, parálisis y muerte rápida.
Solo había un detalle no menor:
¡Il Morbo di K no existía! ¡Fue una farsa total!
La historia es así: Giovanni Borremeo era el director de Fatebenefratelli, un hospital católico de 450 años de antigüedad ubicado en una isla en el río Tíber y una de las mejores instituciones de Roma.
Podía ver por las ventanas del hospital las atrocidades que sucedían en el gueto judío ubicado directamente al otro lado del río.
Cuando los nazis comenzaron a deportar judíos el 16 de octubre, el doctor Borremeo decidió aceptar a todos los judíos que buscaban refugio.
Así que él y el padre Maurizio, el prior del hospital, y dos jóvenes médicos, Sacerdoti y Ossicini, inventaron el “Síndrome K”, que era un diagnóstico de código secreto para "judíos perfectamente sanos".
Su chiste interno era que el comandante nazi en Roma era Feldmarschall Kesselring, y nombraron la enfermedad por él.
Crearon salas especiales de contagio y ordenaron a los "pacientes" que tosieran violentamente cuando llegaran las patrullas alemanas.
Los nazis estaban aterrorizados por la enfermedad letal y se negaron a entrar en las salas especiales.
Cuando todo estaba dicho y hecho, solo cinco judíos fueron capturados en el hospital y todos sobrevivieron a la liberación.
¡Alrededor de otros 100 sobrevivieron asombrosamente tanto a los nazis como a su “terrible enfermedad!”
Giovanni Borremeo fue nombrado póstumamente Justo entre las Naciones en 2004, y el Hospital Fatebenefratelli fue reconocido con el hermoso nombre de Casa de la Vida.
El heroísmo aparece en muchas formas, y una de ellas es simplemente a través de la inteligencia...
Traducido por Lilian Rotter para Amando Nuestra Cultura Judia
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