lunes, 3 de julio de 2023

 Ani Maamin – Los 13 principios de fe de Maimónides.

El término "dogma", que está bien definido en otras religiones, no tiene lugar como tal en el judaísmo.
En el judaísmo no surgió la necesidad de profesar la fe, y los sínodos rabínicos no vieron la necesidad de redactar fórmulas concisas que expresaran las creencias judías.
Teológicamente hablando, cada judío nace dentro del pacto de D/s con el pueblo de Israel, y la participación en la comunidad no depende de declaraciones formales de credo.
Las creencias judías se expresan en forma de oración y la recitación del "Shemá" dos veces al día.
Fuera de la liturgia, las formulaciones de aspectos específicos de la fe judía abundan en la literatura rabínica desde la Mishná en adelante.
La necesidad de definir la posición judía en relación con los puntos de vista heréticos, ocasionó la declaración de la Mishná que aunque todos los israelitas tendrán una parte en el mundo venidero, será inalcanzable por aquellos que niegan la resurrección de los muertos, el origen divino de la Torá, y por aquellos que son "epicúreos".
Esta declaración se acerca a la formulación de los "dogmas" del judaísmo, pero no se expresa en forma de una declaración de credo ni es lo suficientemente completa como para servir como una expresión completa de las creencias judías.
Sin embargo, su inserción en la Mishná lo llena de autoridad, y puede verse fácilmente, y justificar la famosa formulación de Maimónides de los 13 principios del judaísmo.
Los principios fundamentales de la fe, o los resúmenes concisos de la religión, vistos a través de los ojos del filósofo Maimónides, y su presentación, están destinados a enseñar a la base de la comunidad el verdadero significado espiritual de la creencia en el mundo venidero (olam haba), y desilusionar sus mentes de las crudas nociones materialistas.
Dado que la felicidad del hombre depende de la posesión de conceptos verdaderos acerca de Dios, la formulación y breve exposición de nociones verdaderas en el ámbito de la fe tiene la intención de ayudar a la multitud a evitar el error y purificar la creencia.
En una posdata, Maimónides distingue entre los "pecadores de Israel" que, aunque han cedido a sus pasiones, no serán excluidos de la comunidad judía o del mundo venidero, del que "negó un principio básico".
Tal individuo se ha excluido a sí mismo de la comunidad y es llamado hereje (min) y epicúreo.
Los principios, determinados por la palabra Ani Maamin (Yo creo) son los siguientes:
1. Dios existe; Dios es perfecto en todos los sentidos, eterno, y la causa de todo lo que existe. Todos los demás seres dependen de Dios para su existencia.
2. Dios tiene una unidad absoluta e incomparable.
3. Dios es incorpóreo, sin cuerpo.
4. Dios existió ante todo. (En una versión posterior de los Trece Principios, Maimónides incluyó la noción de que Dios creó el mundo de la nada [creación ex nihilo]).
5. Dios debe ser el único objeto de adoración y alabanza. Uno no debe apelar a los intermediarios, sino orar directamente a Dios.
6. Hay profetas y profecías.
7. Moisés fue el profeta más grande que jamás haya vivido. Ningún profeta que vivió o vivirá, podría entender a Dios más que Moisés.
8. La Torá es del cielo. La Torá que tenemos hoy es la Torá que Dios le dio a Moisés en el Sinaí.
9. La Torá nunca será revocada, nada será añadido o sustraído de ella; Dios nunca dará otra Ley.
10. Dios conoce las acciones de los seres humanos y no las descuida.
11. Dios recompensa a aquellos que obedecen los mandamientos de la Torá y castiga a aquellos que violan sus prohibiciones.
12. Los días del Mashíaj vendrán.
13. Los muertos resucitarán.
En su forma de credo ("Creo con perfecta fe que...") los "Trece Principios" de Maimónides aparecieron por primera vez, probablemente en la Hagadá de Venecia de 1566.
Se encuentran en el libro de oraciones Ashkenazi como un apéndice del servicio regular de la mañana.
De las muchas versiones poéticas, la más conocida es el popular "Himno Yigdal", adoptado en prácticamente todos los ritos.
Maimónides trató de dotar a sus principios con un carácter de dogma, convirtiéndolos en criterios de ortodoxia y pertenecientes a la comunidad de Israel, pero debe tenerse en cuenta que su declaración fue personal y permaneció abierta a críticas y revisiones.
Muchos eruditos que precedieron y sucedieron a Maimónides, tenían creencias contrarias. Todos estos eruditos eran autoridades medievales.
Como tributo a Moisés Maimónides, sus contemporáneos judíos adoptaron un dicho que siguió siendo popular para las generaciones venideras;
"Desde Moisés (de la Torá) hasta Moisés (Maimónides), no hubo nadie como Moisés".
Mendy Tal
Politólogo y activista comunitario
Traducido por Lilian Rotter para Amando Nuestra Cultura Judia.

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