Si bien esta historia real ocurrió hace un año, se aplica totalmente a estos tiempos, de ahí que deseo compartirla en este Shabat.
A menudo en Israel, principalmente en las sinagogas, pero a veces también en cualquier otro lugar, nos encontramos con personas que nos piden tsedaká (caridad).
El pueblo de Israel es conocido por su noción de responsabilidad social, y voluntad de ayudar a los demás, mas que todo a aquellos que han llegado a una situación extrema.
Estaba una pareja sentada en el centro comercial, cuando de repente se les acercó un hombre que llevaba una cesta.
Inmediatamente, pensaron que venía a contar su drama personal y a pedir dinero, así que rápidamente el caballero le dijo que no tenía dinero con el, y que no podía ayudarlo.
Pero nuestro "ángel anónimo", con gran amabilidad y cierta timidez le respondió que ese no era su objetivo, que el no quería dinero sino, "simplemente", deseaba darle a la pareja algo pequeño, un dulce, redondeando con la siguiente frase:
“Es para levantar la moral en días tan tristes como estos".
Hacia referencia indirecta a los recientes ataques terroristas ocurridos el día anterior en Jerusalén.
El hombre continuó su camino y comenzó a distribuir las “bolas” a todos los que se encontró.
La foto que ilustra esta publicación inspiradora y esperanzadora fue tomada cuando se acercó a algunas mujeres jóvenes que estaban sentadas, les dio un dulce, y les dijo: "No estén tristes, somos un solo pueblo".
Era ese el mismo mensaje que estaba escrito en las notas que acompañaban a las golosinas.
Y nosotros en Isrealidade, que siempre buscamos ver a personas y situaciones de la vida en Israel que muestran nobleza, solo podemos pedirle a nuestros lectores que compartan esta historia con otra persona, deseando que podamos tener días felices y mejores.
Por Fabio Erlich y Yeshayahu Fuks.
Fuente: Isreality, via Página de Facebook de Chadashot Kikar Hashabat
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