Excelente cuento para poner en práctica!
EL ÁRBOL DE LOS PROBLEMAS.
El carpintero que contraté para reparar una mesa acababa de finalizar un duro primer día de trabajo.
Su cortadora eléctrica se dañó y perdió una hora de trabajo, y ahora su camión se negaba a arrancar.
Mientras yo lo llevaba a casa, se sentó en silencio.
Mientras nos dirigíamos a la puerta, se detuvo brevemente frente a un pequeño árbol y tocó las puntas de las ramas con ambas manos, y cuando se abrió la puerta, ocurrió en él una gran transformación.
Su cara estaba plena de sonrisas.
Abrazó a sus hijos y dio un beso a su esposa. Posteriormente me acompañó hasta el carro.
Al pasar cerca del árbol, sentí curiosidad y le pregunté sobre lo que había visto un rato antes.
“Ah, ese es mi árbol de los problemas”, contestó.
“Sé que yo no puedo evitar tener problemas en el trabajo, pero una cosa es segura: los problemas no pertenecen a la casa, ni a mi esposa ni a mis hijos.
Así que simplemente los cuelgo en el árbol cada noche cuando llego a casa.
A la mañana siguiente los recojo otra vez.
Y en ese momento, no hay tantos como los que recuerdo haber colgado la noche anterior”.
Imagen: Pexels
Salomón Michan M.
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