Cuando oremos, reflexionemos cuidadosamente sobre el significado de las palabras. Recordemos también, que cuando somos escuchados, formamos parte de un coro sinfónico de 4.000 años de antigüedad, compuesto por las voces de todos los judíos de todos los países, de todos los siglos, que han pronunciado esas mismas palabras.
Algunos decían estas oraciones en medio del sufrimiento; otros, enfrentándose al exilio y la expulsión; otros, incluso las dijeron en los campos de concentración.
Son palabras santificadas por innumerables lágrimas.
Nuestro pueblo ha sobrevivido tanto tiempo, y ha contribuido tanto, que deberías ver tu judaísmo como un honor.
Nunca te impacientes con los detalles de la vida judía.
Dios vive en los detalles.
El judaísmo tiene que ver con la poesía de lo ordinario, las cosas que de otro modo daríamos por sentado.
La ley judía es la coreografía sagrada de la vida cotidiana.
Siempre debes estar dispuesto a compartir tu judaísmo.
En Shabat o en las festividades, invita a la gente a tu casa.
Una vez a la semana, aprende de aquellos que saben menos que tú.
Dios vive en el espacio que hacemos para Él.
Cada mitzvá que hacemos, cada oración que decimos, cada acto de aprendizaje que emprendemos, es una forma de hacer espacio para Dios.
Rabino Lord Jonathan Sacks Z”L
Shabat Shalom
Mendy Tal
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