- Estados Unidos e Israel profundizaron la "desconexión" de Hamas que alerté desde antes de la guerra de los doce días: sin conexiones con Teherán y ahora sin el activo de "la calle árabe" para intentar presionar a los regímenes árabes. En los países árabes poco importa lo que el pueblo piense, sino lo que los líderes quieran hacer.
Si los terroristas aceptan el acuerdo, Netanyahu traducirá esto como una victoria aplastante contra el gobierno de Gaza trayendo a los 48 secuestrados de vuelta y habiendo acabado con la rama más fuerte del entramado proxy iraní.
Si Hamas se niega, hay un abanico de opciones para que Israel actúe.
- Tiendo a pensar también en la naturaleza de grupos terroristas como Hamas o la Yihad Islámica donde la destrucción y la denigración a la que condenaron a la población de Gaza no es un problema, sino un escenario óptimo para la radicalización yihadista.
- Creo también que no existen incentivos para que Hamas acepte un acuerdo que le quita su "escudo" como son los secuestrados y que lo destierra de la Franja de Gaza. Si lo rechaza, la ciudad de Gaza será reducida a escombros como lo fue Rafah.
- Netanyahu dejó en claro también que no habrá un gobierno de Hamas ni de la Autoridad Palestina en Gaza una vez que la guerra acabe, sino un "gobierno tecnócrata" sobre el que imagino habrá enorme cantidad de "inversiones" que vengan desde el Golfo hasta Washington.
- Tiendo a pensar también en lo absurdo de la idea de un "Consejo de Paz" o la de un Tony Blair como el nuevo Lawrence de Arabia aclamado por el pueblo de Gaza.
- Todo esto obviando las aristas que quedan para la parte privada y que tienen que ver con las garantías de seguridad que Israel busca frente a la nueva realidad en Gaza y cuál es el precio que la administración Trump pone. Esto lo veremos conforme vaya pasando el tiempo.

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