Por Robbie Sabel
El gobierno egipcio futuro debe ser racional y darse cuenta que la adhesión a los términos establecidos en el tratado de paz de 1979 con Israel está en los intereses vitales del país.
Los países adhieren a obligaciones onerosas que se establecen en virtud de tratados internacionales por dos razones egoístas: O creen que el cumplimiento en última instancia los beneficiará o temen que el incumplimiento de un tratado traerá consecuencias negativas. A menudo, se trata de una combinación de ambos factores.
El gobierno egipcio no ha firmado el tratado de paz con Israel en 1979 debido al apoyo para el movimiento nacional judío y tampoco el ex presidente Anwar El Sadat, ni el actual presidente, Hosni Mubarak, se convirtieron en miembros acreditados de la Organización Sionista Mundial. Ellos estaban actuando, por supuesto, en los intereses de Egipto.
El tratado de 1979 fue diseñado de forma tal para asegurar, en la medida de lo posible, que continuaría siendo en el interés de ambos estados cumplir con sus términos. El interés de Israel en el cumplimiento es obvio, renunció a toda la región del Sinaí, incluyendo los yacimientos de petróleo y campos de aviación estratégicos, a cambio del acuerdo de paz establecido en el tratado.
El tratado asegura la libertad de navegación de Israel en el Canal de Suez y el Estrecho de Tirán. En cuanto a lo que a Egipto concierne, no sólo tiene el Sinaí y sus campos de petróleo de nuevo sin una pelea, sino que se garantizó un subsidio anual de EEUU de 1.5 mil millones de dólares, un Canal de Suez abierto y una industria turística floreciente. Estos elementos sólo fueron posibles debido a que Egipto estaba en paz - aunque sea una fría con Israel.
Durante las negociaciones del tratado, una consideración primordial de Israel era impedir que Egipto estacionara fuerzas militares en cualquier parte cerca de la frontera Israel-Egipto. Si una fuerza egipcia hubiese sido colocada cerca de la frontera, Israel se hubiera enfrentado con el dilema de mantener una fuerza permanente movilizada para luchar contra posibles amenazas o correr el riesgo de absorber este tipo de ataque. Un riesgo que Israel tal vez podría haber corrido durante la guerra de Yom Kipur, cuando la frontera estaba en el Canal de Suez, pero que era inviable cuando la frontera estaba a apenas 70 kilómetros de Tel Aviv.
La limitación de las fuerzas egipcias en el Sinaí fue, pues, un elemento esencial del tratado en lo que a Israel le concierne. Sin embargo, el tratado respetó el orgullo nacional egipcio y no determinó que el Sinaí fuera desmilitarizado, sino mas bien estableció una limitación mutua de fuerzas. Israel estuvo de acuerdo con una limitación de sus fuerzas a una estrecha franja de tierra en el lado israelí de la frontera. Una fuerza multinacional fue creada por EEUU para supervisar la limitación a cada lado, y actuar como una advertencia si había una violación de los términos militares del acuerdo.
De conformidad con el tratado, Egipto tiene derecho a mantener una fuerza considerable en el Sinaí, que consiste en una división de infantería con tres brigadas mecanizadas y una brigada blindada, pero la fuerza no va a ser desplegada cerca de la frontera con Israel. En el área adyacente a la frontera, Egipto tiene derecho a la única estación de "policía civil armada con armas ligeras". No hay limitación en el número de policías e Israel fue perfectamente conciente que no hay manera de determinar si dicho personal es de hecho "policía civil." El factor decisivo para Israel fue que cualquier número de "policías" con armas ligeras no es una fuerza con capacidad ofensiva. Por lo tanto, la aquiescencia reciente de Israel de permitir que el ejército egipcio estacione dos batallones de infantería en el Sinai oriental no tiene importancia militar para Israel.
Egipto tiene fuertes razones nacionales para continuar cumpliendo con su tratado de paz con Israel. Egipto fue el primer país árabe en firmar un acuerdo de armisticio con Israel, el cual fue seguido por acuerdos similares con otros estados árabes. Egipto fue también el primer estado árabe en firmar un tratado de paz con Israel, seguido por Jordania. Posteriormente todos los estados árabes y, de hecho, los palestinos han aceptado el principio que los conflictos se resolverán sólo mediante la firma de tratados de paz.
El ejército egipcio está equipado con armamentos norteamericanos financiados por la ayuda militar estadounidense, una que está supeditada al acuerdo de paz. El turismo, comercio internacional y el uso del Canal de Suez todos podrían verse gravemente afectados por las violaciónes del tratado de paz. Una violación de la limitación de las fuerzas en el Sinaí implicaría un choque frontal con EEUU. Pero, por supuesto, en el Medio Oriente uno no siempre puede suponer que los estados actúan racionalmente. Para actuar racionalmente, un futuro gobierno egipcio debe darse cuenta que es muy del mejor interés del país seguir cumpliendo con los términos del tratado de paz de 1979.
El autor enseña derecho internacional en la Universidad Hebrea y es ex asesor jurídico del Ministerio de Relaciones Exteriores.
Fuente: The Jerusalem Post Magazine- Este artículo fue traducido por Marcela Lubczanski especialmente para el blog de OSA Filial Córdoba.
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