Olmert entrará en prisión
Luego del sensacional colapso de las negociaciones entre israelíes y palestinos, ha llegado el capítulo de las acusaciones mutuas, como era de esperar. En el reparto de culpas participan todos. Las partes directamente involucradas y el intermediario. Cada uno le achaca al otro la responsabilidad del fracaso. La administración Obama, ha pretendido ser ecuánime en ese sentido, pero fuentes extraoficiales han encontrado más razones para inclinar el péndulo de la balanza, hacia el lado israelí.
El hecho de que Israel no haya liberado la última tanda de 26 terroristas asesinos, como estaba convenido, es una de ellas. Pero los norteamericanos creen que la razón más determinante ha sido, el anuncio de la planificación de nuevas viviendas en Jerusalem, justo en vísperas de la última liberación. Incluso se insinuó que esa actitud de Israel, es la que llevo a Mahmud Abbas, a los brazos de Hamas y pactar un acuerdo de reconciliación con su más tenaz, odiado y sangriento enemigo. En Israel por el contrario, rechazan esas acusaciones y vuelven a señalar que ante la opción de congelar la edificación en los asentamientos o liberar a 104 asesinos, Netanyahu, opto por esa última alternativa, presionado por los religiosos nacionalistas y los colonos. Lo que permitió el comienzo de las negociaciones. EEUU, estaba al corriente y era consiente de esa difícil elección tomada. Israel afirma que en ningún momento, Abbas mostró indicio alguno de aceptar siquiera, la agenda de negociación propuesta por John Kerry. En Israel se temía que luego de la liberación de los terroristas, Abbas encontraría cualquier excusa para interrumpir las negociaciones. Según los israelíes, Abbas llego a las mismas, esperando que Israel haga la mayor parte de las concesiones. Especialmente las territoriales y sin ofrecer en contraparte, absolutamente nada. No reconocer a Israel como estado nacional del pueblo judío, y no poner punto final a todos los reclamos históricos palestinos. De Israel, exigía la división de la ciudad de Jerusalem para establecer en ella también, la capital del estado palestino. Que se tomara como punto de partida para la negociación de fronteras, la línea de armisticio pactada con Jordania en 1948. Como si nada hubiera ocurrido en el terreno desde entonces, incluida la Guerra de los Seis Días de 1967. Los miles de actos de terror y el lanzamiento de misiles desde Gaza. Incluso con la mejor disposición por resolver el conflicto, es imposible pretender que Israel borre las dolorosas huellas del pasado. Cierre sus ojos y diga, aquí no ha pasado nada. Soslaye las amenazas cotidianas palestinas de destruir al estado y confíe que de aquí en más, con la firma de un papel, todo quedara resuelto. En Israel, la arena política se ha tensado, pero no en extremo. Las acusaciones y culpas mutuas, agitan a la coalición y a la oposición, pero nadie se estremece. Hasta se llegó a hablar de elecciones adelantadas. Pero por el momento, esos amagos cayeron al vacío pues al parecer, ningún partido se siente con la suficiente fuerza política, para abrir una contienda electoral. La derecha radical y los colonos, hicieron todo lo posible para hacer fracasar las negociaciones, acosando sin pausa ni reparo a Tzipi Livni, la ministra de Justicia y emisaria de Netanyahu ante los palestinos. No satisfechos con el fracaso de las negociaciones, ahora el ala “patriótica” de la coalición, pretende legislar leyes de carácter fundamental, como por ejemplo declarar a Israel, estado del pueblo judío. Hecho que marginaría a la población árabe, que hoy representa el 20% del total de la ciudadanía. Esa ley de carácter excluyente, estaría en plena controversia con los postulados y principios fundamentales de la Carta de Independencia. En ella se afirma entre otras cosas, que el estado de Israel, estará basado en un régimen democrático y que todos sus ciudadanos gozaran de igualdad de derechos, sin distinción de raza, credo o género. En general, podría decirse que esa derecha “patriótica” piensa y actúa justamente, articulada por los atávicos temores y complejos galúticos del pasado. Desde la destrucción del segundo Templo de Jerusalem, hasta la Shoah. Haciendo una manipulación burda de una narrativa histórica cruel, regada de sufrimientos, lágrimas y muerte. Olvidan o soslayan, que justamente por eso y para cambiar esa realidad, el Sionismo estableció hace 66 años un estado nacional independiente y soberano en parte de Eretz Israel. Exitoso y poderoso, como jamás se conociera o se hubiera concebido en su historia milenaria. Que enorgullece al pueblo judío y goza del respeto y la admiración de gran parte del mundo. La izquierda sionista por su parte, tartamudea sus verdades y convicciones. Reconoce y apoya el derecho del pueblo palestino a obtener un estado independiente, pero actúa siempre inhibida por el estigma de “vende patria”, que le ha endosado esa misma “derecha patriótica”. No sale a la calle a manifestarse, a gritar y a luchar por sus banderas. Es consciente de que la creación de un estado palestino, sería una concesión dolorosa, pero necesaria, pues asume que ello, beneficiaria a la economía nacional y a los intereses individuales de los israelíes. Que conduciría a la tan ansiada normalización del estado y por sobre todo las cosas, que contribuiría a mejorar la salud moral de su pueblo. Con una mejor autoimagen nacional y un más claro status, en el concierto de las naciones. La opinión pública que en su mayoría y por lo general, está a favor de una solución al conflicto, se ha mantenido apática y al margen de las negociaciones. Incluso podría decirse, que ha experimentado una sensación de alivio luego del fiasco de su desenlace. Hoy se están escuchando las voces de no pocos expertos, entre ellos militares y hombres de los servicios de seguridad en retiro, así como de estudiosos y académicos, que ante la imposibilidad de llegar a una solución definitiva del conflicto a corto plazo, recomiendan manejarlo e inducirlo, en dirección a su lógico y previsto desenlace final. Hay quienes proponen tomar la iniciativa de un repliegue gradual y parcial de las zonas mas densamente pobladas por palestinos en Judea y Samaria, administradas aun por Israel. Incluidos barrios y aldeas que conforman el perímetro urbano de Jerusalem. Proponen una actitud política, mas activa y propositiva, a diferencia de lo que ellos interpretan, ha sido hasta la fecha, la política de reacción y respuesta por parte de Netanyahu. Con esta actitud Israel estaría demostrando al mundo y en especial a los palestinos, que no pretende apoderarse de sus tierras ni gobernarlos. Solo estaría marcando sus límites de seguridad nacional, que algún día podrían ser sus fronteras definitivas. Todos conocen y reconocen los principios fundamentales para dar solución final al conflicto. La cuestión es como sentar a las partes y consensuar su implementación.
Denigrante y vergonzoso
En un reportaje público de fin de semana, el famoso escritor israelí Amos Oz, afirmo que existe en Israel un grupo neonazi judío. Como es lógico suponer, sus palabras impactaron en lo más profundo de la sensibilidad judía e israelí, desatando una polémica que lo podría llevar hasta la corte de justicia, acusado de difamación. Esta afirmación de Amos Oz, vino como reacción a la vandálica y criminal ola de odio racial, desatada por un pequeño grupo ortodoxo judío, que opera comandada desde algún asentamiento de Judea y Samaria. Los grafitis pintarrajeados en los muros de iglesias y mequitas con frases ofensivas, como así los sabotajes y daños físicos contra instituciones religiosas y propiedades árabes israelíes y palestinas, están sacudiendo a la opinión pública israelí y a los medios internacionales de información. Es una suerte, que hasta el momento esos vandálicos hechos, no se hayan cobrado victimas humanas. Tanto por parte de los agresores como de los agredidos. Los actos de odio racial han venido arreciando, paralelamente a las negociaciones con los palestinos y con la anunciada visita oficial del Papa Francisco I a Israel, programada para el 24 de mayo. Mientras estos actos vandálicos se han limitado a grafitis y daños materiales, Netanyahu los ha recriminado, pero no parece haber activado todos los medios a su alcance, para descubrir y detener a sus autores. Lo que ha despertado una amplia gama de críticas. Lo que es claro, es que los vándalos están indoctrinados y dirigidos por uno o varios rabinos ortodoxos fanáticos y desvariados. Que utilizan a menores de edad sin criterio propio, a sabiendas de que si fueran detenidos, el castigo seria leve. En su frenética campaña, estos grupos han atacado también a oficiales y soldados de Tzahal, causado además daños a vehículos e instalaciones militares. El grupo clandestino firma sus atentados con el nombre de “Tag Mejir” (Marca de Precio). Hasta la fecha, Netanyahu ha condenado los hechos, absteniéndose de disculparse públicamente ante los damnificados. No se ha presentado en ninguna aldea árabe o iglesia, para expresar su pesar y malestar por los hechos allí ocurridos. Aunque nos cueste reconocerlo y aunque la calificación de Amos Oz, nos suene irritante, hay que reconocer que se trata de un engendro maligno, fruto de mentes delirantes, que le están causando un enorme mal a la democracia israelí y a su imagen exterior. Esta es sin duda, una de las lacras sociales producidas por el conflicto con los palestinos, que debe ser extirpada de la realidad israelí, cuanto antes.
Ayuda solidaria
El gobierno israelí ha respondido positivamente al dramático llamado lanzado al mundo por el presidente de Nigeria, a fin de rescatar a las 238 alumnas secuestradas por el grupo islamista radical Boko Haram, quien amenaza con venderlas como esclavas o asesinarlas. Aunque aun no se ha dado a conocer el carácter de la ayuda humanitaria israelí, el presidente nigeriano la ha aceptado de inmediato, muy agradecido.
Congratulaciones
Con una inversión de 6 mil millones de dólares y una participación estatal de mil millones de shekel, la empresa Intel Inc., la mayor productora del mundo de micro-circuitos (chips) y otros componentes para computadoras, ampliara su planta productora en Israel. Luego de sopesar otras alternativas en distintos países del mundo, la compañía decidió finalmente ampliar su planta productora en Israel, debido al alto nivel de sus ingenieros, técnicos y trabajadores. La compañía que emplea a 10 mil trabajadores, sumara a otros mil a su plantilla. Con esta nueva inversión, en Israel, Intel llegara a los 10.8 mil millones de dólares, siendo la mayor empresa exportadora del país. El anuncio se dio a conocer el día de la Independencia y por tal motivo, se consideró como el mejor regalo que pudo recibir el país, en el día de su 66º- aniversario.
Lamentable
Esta semana, fue confirmada la sentencia en el juicio contra el ex primer ministro Ehud Olmert, junto a otros seis imputados. Olmert fue sentenciado a seis años de prisión y al pago de una multa de un millón de shekels, por de cargos de soborno y corrupción, durante su gestión como alcalde de Jerusalem entre 1993 y 2003. Este es un día de vergüenza y congoja para la ciudadanía israelí, pero a la vez de un gran orgullo. Una vez más la Corte de Justicia ha demostrado que en este país, todos somos iguales ante la ley.
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