Opinión. Obama y su entendimiento con Irán
17.02.2015 09:54 | Por Flavio Goldvaser |
Itongadol/AJN.- Una de las bases de la política exterior de la República Islámica de Irán desde la época de la revolución que derrocó al Reino del Sha con su Estado laico pro-occidental, con el aval de Jimmy Carter en aquel entonces, presidente demócrata de los EE.UU. y la ayuda de Francia, fue la de extender territorialmente la hegemonía Shiita por todo Medio Oriente y convertirse en sponsor del terrorismo mundial, y esto no sólo por las luchas intra-religiosas musulmanas con sus eternos rivales los sunitas, sino por las aspiraciones imperiales persas que se remontan a los antiguos tiempos de la historia.
Hoy día los resultados de esta política exterior se ven plasmados en la presencia y control que Irán ejerce en el Líbano hace mas de 20 años a través de su milicia afiliada el Hezbollah, y en Siria donde como consecuencia de la guerra civil que afecta a ese país desde 2012 se ha convertido en el gran aliado militar del gobierno de Al-Assad, donde tropas pertenecientes a las guardias revolucionarias, las de su satélite Hezbollah y milicias locales shiitas combaten contra los sunitas en la guerra civil que desangra a esa nación, en Iraq donde a través de sus milicias y de la intervención directa y del envió de armamentos tiene cada vez un rol más preponderante en ese escenario bélico y en Yemen donde el grupo shiita denominado los Houthis respaldados por Irán se hizo del gobierno de aquel país luego de un sangriento golpe de estado el pasado mes.
Pero la economía iraní se encuentra bajo sanciones económicas de los países occidentales y de EE.UU. que impiden el acceso formal de Teherán al sistema financiero formal internacional o SWIFT, que a su vez le impiden disfrutar libremente del producto de la venta de petróleo que sólo puede intercambiar por productos de primera necesidad a los países a los que les vende el crudo, dejando congelado el neto de la diferencia del intercambio y que a su vez tiene en una lista negra a sectores claves de la economía iraní como ser la automovilística y petroquímica, entre otras, lo que ha provocado una severa recesión acompañada por crecimiento negativo de la economía, hiperinflación y desabastecimiento. Todo esto sumado al esfuerzo militar directo en Iraq y en Siria citado anteriormente, está provocando que Teherán efectué grandes recortes presupuestarios al Hezbollah lo que está provocando el subsecuente retraso en pago de salarios, restricciones en los beneficios sociales a los miembros de la organización y de las indemnizaciones a los familiares en los casos de muerte en combate, esto está provocando lentamente no sólo el colapso económico del movimiento Hezbollah en el Líbano sino deteriorando el entramado social que la organización supo conseguir, debilitando su estructura interna y la visión de Estado sectario dentro de otro Estado. De mantenerse el embargo económico a Irán, las consecuencias a mediano plazo para Teherán seria su retirada como agente del terrorismo internacional y como agente desestabilizador en todo Medio Oriente, debido al mismo problema que provocó la caída de la Unión Soviética durante la guerra fría, la falta de presupuestos para seguir manteniendo la carrera armamentista.
Pero según fuentes diplomáticas europeas Barack Hussein Obama, el presidente de EE.UU., estaría avanzando rápidamente a fin de sellar el acuerdo nuclear con Irán que no sólo le permitiría aumentar el número de centrifugas a 6500, permitiéndole estar a sólo seis meses de fabricar una bomba nuclear, una vez puestas estas centrifugas en funcionamiento poniendo en peligro mortal la existencia del Estado de Israel, sino también de levantar el total de las sanciones económicas que afectan a ese país, y ya vimos que el presidente Obama advirtió al Congreso Americano que vetaría cualquier nueva sanción económico contra el Régimen.
Debemos agregar que el gobierno americano ya puso en marcha como parte del acuerdo nuclear interino una serie de pasos para aliviar el embargo, donde por intermedio del mismo Irán empezó a recibir desde principio de 2014 la suma de 700 millones de dólares mensuales provenientes de sus ventas de petróleo que al fin del acuerdo interino sumara la cifra de 12 mil millones de dólares que podrán ser utilizadas libremente sin ningún tipo de restricción, los que podrán ser empleados para financiar el esfuerzo bélico iraní en la región y evitar el derrumbe del Hezbollah en el Líbano.
Debemos preguntarnos una vez más si como parte de su legado Obama quiere firmar un acuerdo que no sólo ponga en peligro existencial al Estado de Israel y que catapulte a todos los grupos terroristas shiitas en Medio Oriente, especialmente a Hezbollah, y que permitirá hacer realidad el sueño del imperio Islámico de Irán, convirtiéndose en una especie de salvador del Régimen, y se nos viene a la memoria las palabras pronunciadas recientemente por el presidente de la Organización Sionista Americana, Morton Klein, quien afirmo que Obama es el más hostil de los presidentes Americanos hacia Israel desde el establecimiento del Estado en 1948, y que él no tiene sentimientos hacia el pueblo judío más allá de la diplomacia a la que es forzado por el puesto que ocupa.
Hoy día los resultados de esta política exterior se ven plasmados en la presencia y control que Irán ejerce en el Líbano hace mas de 20 años a través de su milicia afiliada el Hezbollah, y en Siria donde como consecuencia de la guerra civil que afecta a ese país desde 2012 se ha convertido en el gran aliado militar del gobierno de Al-Assad, donde tropas pertenecientes a las guardias revolucionarias, las de su satélite Hezbollah y milicias locales shiitas combaten contra los sunitas en la guerra civil que desangra a esa nación, en Iraq donde a través de sus milicias y de la intervención directa y del envió de armamentos tiene cada vez un rol más preponderante en ese escenario bélico y en Yemen donde el grupo shiita denominado los Houthis respaldados por Irán se hizo del gobierno de aquel país luego de un sangriento golpe de estado el pasado mes.
Pero la economía iraní se encuentra bajo sanciones económicas de los países occidentales y de EE.UU. que impiden el acceso formal de Teherán al sistema financiero formal internacional o SWIFT, que a su vez le impiden disfrutar libremente del producto de la venta de petróleo que sólo puede intercambiar por productos de primera necesidad a los países a los que les vende el crudo, dejando congelado el neto de la diferencia del intercambio y que a su vez tiene en una lista negra a sectores claves de la economía iraní como ser la automovilística y petroquímica, entre otras, lo que ha provocado una severa recesión acompañada por crecimiento negativo de la economía, hiperinflación y desabastecimiento. Todo esto sumado al esfuerzo militar directo en Iraq y en Siria citado anteriormente, está provocando que Teherán efectué grandes recortes presupuestarios al Hezbollah lo que está provocando el subsecuente retraso en pago de salarios, restricciones en los beneficios sociales a los miembros de la organización y de las indemnizaciones a los familiares en los casos de muerte en combate, esto está provocando lentamente no sólo el colapso económico del movimiento Hezbollah en el Líbano sino deteriorando el entramado social que la organización supo conseguir, debilitando su estructura interna y la visión de Estado sectario dentro de otro Estado. De mantenerse el embargo económico a Irán, las consecuencias a mediano plazo para Teherán seria su retirada como agente del terrorismo internacional y como agente desestabilizador en todo Medio Oriente, debido al mismo problema que provocó la caída de la Unión Soviética durante la guerra fría, la falta de presupuestos para seguir manteniendo la carrera armamentista.
Pero según fuentes diplomáticas europeas Barack Hussein Obama, el presidente de EE.UU., estaría avanzando rápidamente a fin de sellar el acuerdo nuclear con Irán que no sólo le permitiría aumentar el número de centrifugas a 6500, permitiéndole estar a sólo seis meses de fabricar una bomba nuclear, una vez puestas estas centrifugas en funcionamiento poniendo en peligro mortal la existencia del Estado de Israel, sino también de levantar el total de las sanciones económicas que afectan a ese país, y ya vimos que el presidente Obama advirtió al Congreso Americano que vetaría cualquier nueva sanción económico contra el Régimen.
Debemos agregar que el gobierno americano ya puso en marcha como parte del acuerdo nuclear interino una serie de pasos para aliviar el embargo, donde por intermedio del mismo Irán empezó a recibir desde principio de 2014 la suma de 700 millones de dólares mensuales provenientes de sus ventas de petróleo que al fin del acuerdo interino sumara la cifra de 12 mil millones de dólares que podrán ser utilizadas libremente sin ningún tipo de restricción, los que podrán ser empleados para financiar el esfuerzo bélico iraní en la región y evitar el derrumbe del Hezbollah en el Líbano.
Debemos preguntarnos una vez más si como parte de su legado Obama quiere firmar un acuerdo que no sólo ponga en peligro existencial al Estado de Israel y que catapulte a todos los grupos terroristas shiitas en Medio Oriente, especialmente a Hezbollah, y que permitirá hacer realidad el sueño del imperio Islámico de Irán, convirtiéndose en una especie de salvador del Régimen, y se nos viene a la memoria las palabras pronunciadas recientemente por el presidente de la Organización Sionista Americana, Morton Klein, quien afirmo que Obama es el más hostil de los presidentes Americanos hacia Israel desde el establecimiento del Estado en 1948, y que él no tiene sentimientos hacia el pueblo judío más allá de la diplomacia a la que es forzado por el puesto que ocupa.
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