**Puerta**
Es la misma puerta que conociste una noche, de invierno, que
golpeaste
en ella, buscando abrigo, que calaba tu pobre cuerpo,
buscando alimento,
que tu no tenías, buscando una cama y un techo, que te
asegure la noche.
Entraste por ella y después te quedaste; fuiste mi compañía
por un largo
tiempo. Flores y cortinas adornaron y dieron alegría a mi
cuarto. Mis ojos
asombrados bailaban de contentos y creyendo en la eternidad
te abrí mi
alma y te entregué la llave de mi vida.
Tu la tomaste y me hiciste feliz; la vida me sonreía y tu
fuiste parte de mi
existencia.
¡Estaba todo tan bien! ¿Qué más podía pedir?
Y un día quisiste irte, no quise detenerte o no supe
hacerlo, me agradeciste
y te fuiste por la misma puerta que una noche viniste a mi.
Te vi partir; sin
Los años pasaron y tu no volviste, los años pasaron y
aprendí a vivir sin ti.
En las noches de invierno cuando el viento sopla los pobres
y los ricos lo
escuchan aullar; es cuando me pregunto si tendrás puertas
para golpear. Si
alguna vez no tienes, recuerda, mi puerta está sin llave y
lista para dejarte
entrar.
¡No necesitas golpear!
Mario Beer-Sheva
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.