Artículo: "Señor Margallo, ¿tenemos miedo de enfadar al Islam?", por Javi Gómez en El Mundo
No es fácil destruir 3.000 años de Historia con sólo cinco páginas de papel. La UNESCO, con la complicidad de España, lo consumó el pasado 13 de octubre al aprobar una resolución que niega el vínculo de la religión judía con el Monte del Templo y el Muro de las Lamentaciones. O, para que lo entiendan y prevean las consecuencias, corta el vínculo de Israel con su tierra y adopta el relato islámico sobre Jerusalén.
No es fácil destruir 3.000 años de Historia con sólo cinco páginas de papel. La UNESCO, con la complicidad de España, lo consumó el pasado 13 de octubre al aprobar una resolución que niega el vínculo de la religión judía con el Monte del Templo y el Muro de las Lamentaciones. O, para que lo entiendan y prevean las consecuencias, corta el vínculo de Israel con su tierra y adopta el relato islámico sobre Jerusalén.
El Monte del Templo, en la ciudad vieja de Jerusalén, es como el Bosón de Higgs, la partícula elemental, de las tres principales religiones monoteístas. Allí se encuentra la Explanada de las Mezquitas, tercer lugar santo del Islam, junto al Muro de las Lamentaciones, primer lugar sagrado judío, como último vestigio del que fue Templo de Salomón. Es decir, el mayor conflicto diplomático por metro cuadrado del planeta.
La resolución de la UNESCO, que denomina a los lugares santos del judaísmo sólo con su acepción árabe, considera la histórica colina (compartida por las tres grandes religiones en sus respectivos relatos) como un lugar de culto exclusivo del Islam. "Es el inicio del fin de la Historia de Israel. Esto implica que el mundo no reconoce que pertenecemos a esta tierra", sentenció el historiador Michael Laitman en el diario israelí Haaretz.
Esto no es un artículo sobre religión, sino sobre Historia y política. Y quien lo escribe... Sigue leyendo en El Mundo
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