sábado, 25 de febrero de 2017

LA OPOSICIÓN ISRAELÍ SE ALISTA DETRÁS DEL STATUS QUO DE NETANYAHU

Netanyahu se puede sentir seguro. La amenaza de Bennet y la extrema derecha exigiendo la adopción del proyecto de un solo estado como solución del conflicto con los palestinos perdió toda vigencia. La tranquilidad del Primer Ministro israelí es el resultado del inusitado alistamiento de la oposición principal detrás de su proyecto de eternizar el status quo en la región.
Netanyahu y Herzog, por el mismo camino
Tras año y medio de tartamudear detrás de un decepcionante flirteo con el objetivo de incorporarse al gobierno de Netanyahu, Ytzhak Herzog, principal líder de la oposición, dio a conocer públicamente su proyecto de solución del conflicto con los palestinos. En una extensa nota publicada en el diario Haaretz, el jefe del partido Avoda promete que el cumplimiento de los 10 puntos básicos propuestos en su publicación da la seguridad que todo se podrá resolver en negociaciones que comenzarían “dentro de 10 años”[1], una eternidad en el calendario levantino.
En el segundo punto Herzog afirma: “Las partes deben fijar un plazo de hasta 10 años, durante el cual toda la zona al oeste de Jordania será declarada un lugar libre de violencia”. Posteriormente, en el punto 9 expresa su wishful thinking que, “Después de este período, asumiendo que transcurrió sin violencia, ambas partes iniciarán negociaciones directas, con el respaldo de los países vecinos y de la comunidad internacional. Las conversaciones se celebrarán sin condiciones previas, entre dos socios iguales, de manera seria y resuelta, y conducirán a un acuerdo de paz global y definitivo que solucione las cuestiones controvertidas, establezca fronteras permanentes y ponga fin al conflicto”.
Esta ilusa suposición de un final con diplomacia al mejor estilo de apacibles vecinos escandinavos, Herzog lo promete si durante esa década se cumplen básicamente las siguientes condiciones:
  • Israel completa la valla de separación que en parte fue construida sobre tierras palestinas confiscadas por la fuerza del ejército.
  • Aunque lo expresa en forma tácita inversa, Israel continuará ampliando la colonización judía en los bloques reconocidos de asentamientos en Cisjordania y no se excederá de ellos.
  • Los palestinos continuarán operando con todos los esfuerzos para impedir el terrorismo.
  • El ejército de Israel seguirá operando en toda la zona de Cisjordania hasta el río Jordán y alrededor de la Franja de Gaza.
  • Una larga perorata de promesas teóricamente fantasiosas y prácticamente ficticias de apoyo al desarrollo económico y civil de la sociedad palestina.
A decir verdad, difícilmente se puede encontrar una descripción tan escueta, aunque muy cercana a la realidad, de la situación que vive esta región ya hace al menos 20 años.
No por casualidad, los considerandos que anticipan y aclaraciones posteriores de los 10 puntos mencionados fueron redactados al mejor estilo de Netanyahu. Así se expresa Herzog: “Lo que es más importante, se detendrá el deslice hacia la anexión, un infierno del tipo que hemos visto en Bosnia y ahora en Siria” (neutralizar a Bennet. DK). “El paradigma de los dos estados se preservará” (la evasiva continuará vigente. DK). Para finalizar con el objetivo principal del status quo: “Así es como salvaremos los bloques de asentamientos y los mantendremos bajo la soberanía israelí. Será la verdadera victoria del sionismo”.
Netanyahu tiene previsto en los próximos días su retorno de una exitosa gira por Singapur y Australia. Probablemente, su primer acto apenas aterrice será correr a abrazar a Herzog.
Estas posiciones de Herzog demuestran claramente que en una cuestión cardinal de la dirección política del país no hay diferencias entre gobierno y oposición. A pesar de un floreado discurso a favor, con mucha seguridad se puede afirmar que el 95% del componente judío de la sociedad israelí se opone en la práctica al proyecto de dos estados para dos pueblos para aferrarse a la eternización de la situación vigente.
Herzog, como líder del partido Avoda, demuestra que se preocupa mucho por conservar muy bien la tradición de la traición política a los viejos principios del partido para acercarse a los mullidos sillones del gobierno, tal como la inculcaron sus creadores: Shimon Peres y Ehud Barak. Así se demuestra nuevamente que, ante la inexistencia práctica de una oposición en puntos críticos del manejo político del país, la consigna “única democracia en Medio Oriente” carece de una parte importante de su contenido.   
La política de sustentación eterna del status quo vigente tiene hechizada a la sociedad israelí. Tal vez valga la pena recordar los tiempos de Golda Meir a principios de la década del 70 del siglo pasado. Entonces, entre banquetes de generales y álbumes de victoria, Moshe Dayan, Ministro de Seguridad, afirmaba categóricamente que “el tiempo juega a nuestro favor”, hasta que todo explotó en la cara.  
Ojalá me equivoque.
Daniel Kupervaser
Herzlya – Israel 24-2-2017
http://daniel.kupervaser.com/
[1] “El programa de 10 puntos”, Ytzhak Herzog, diario Haaretz, 23-2-17

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