**Tras El Rastro**
Seguiré tu rastro; cuando amanezca y el sol caliente la
tierra y se seque el
lodo de los caminos, en ese momento saldré tras tu rastro.
Mi olfato me
ayudará a encontrarte, mis ojos, acostumbrado a los
detalles, descubrirá
pequeñas señas como una rama quebrada, una flor arrancada,
tus zapatos,
hundidos en el colchón de hojarasca, dejará una huella fácil
de seguir.
Y mi piel, principalmente mi piel, que se erizará al
encontrar tu rastro, como
el imán al hierro.
Seré como una fiera en celo, mi búsqueda será implacable y
terminará cuando
te encuentre y seas, nuevamente, mía; nuevamente beberé de
tu amor y mis
ansias se calmarán con el roce de tu piel, el sabor de tus
besos, la pasión de
tus ojos, la lujuria de tu voz.
¡Y volveré a creerte!
El amor es ciego, no lo dudes, que es la verdad. Cuando el
amor empuja pierde
la memoria y deja sólo al corazón la elección de amar sin
rencor. Y vuelven
los arrullos, los besos furtivos, las manos urgentes, las lágrimas
dulces y las
palabras, que conquistan, nuevamente, a la razón.
El sol asomó y junto al viento a la tierra secó; listo estoy
para partir sobre tu
rastro, buscándote para tenerte junto a mi.
¡Yo soy macho, tu eres hembra! La naturaleza sabrá que hacer…
Mario Beer-Sheva
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