Turquía y la UE: ¿se puede salvar este matrimonio?
por Burak Bekdil • 2 de Febrero de 2019
En septiembre de 2017, la canciller alemana, Angela Merkel, anunció que quería poner fin a las conversaciones para el ingreso de Turquía en la UE. En la imagen, Merkel y el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, en Berlín el pasado 28 de septiembre. (Foto: Sean Gallup/Getty Images)
Cuando Turquía solicitó su plena incorporación a la Unión Europea, en 1987, el mundo era un lugar completamente diferente: incluso el club de los ricos tenía un nombre distinto: Comunidad Económica Europea. El presidente de EEUU, Ronald Reagan, se había sometido a una pequeña intervención quirúrgica; la primera ministra británica, Margaret Thatcher, había sido reelegida para un tercer mandato; Macao y Hong-Kong eran territorio portugués y británico, respectivamente; el Muro de Berlín seguía en pie y operativo; aún faltaban dos años para las manifestaciones en la plaza de Tiananmén; el escándalo Irán-Contra estaba en los titulares, la primera Intifada acababa de comenzar y lo que hoy son Chequia y Eslovaquia eran un solo país llamado Checoslovaquia.
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