lunes, 28 de octubre de 2019

En 2012, más de mil pinturas robadas a familias judías por el coleccionista nazi Hildebrand Gurlitt fueron descubiertas en la casa de su nieto. Fue entonces cuando todo todos estos ejemplares de arte judío llegaron a la vista del público por primera vez en casi un siglo. Ahora exhibidas en el Museo de Israel ubicado en Jerusalem, comenzó una misión para descubrir los orígenes de las piezas y devolverlas a sus dueños legítimos.

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