**Celos**
Como una fuerza extraña, que no conocía, se hizo cargo
de mis manos
y mis dedos ágiles, como nunca, comenzó a recorrer el
teclado donde
letras forman palabras y las palabras forman oraciones.
Y ante mi asombrado comencé a leer lo que yo creo que
mi corazón
me dicta. Pero no era mi corazón era la terrible
enfermedad de los
celos que se habían adueñado de mis sentimientos del
amor que por
ti tenía.
¡Un amor sin celos! ¿Es acaso amor?
Esta reacción que es descontrolada se hace necesaria
para que el alma
brinque de alegría o sufra por las sospecha de los
celos que vigilan.
¡Es un mal necesario! ¡Es el faro del amor!
Los celos nos mantiene alerta que nuestro amor no se
distraiga o pierda
la mirada de la mujer que amamos. Es como las espuelas
sobre el corcel
para mantenerlo despierto, alerta y la sangre
caliente.
Piensa tu que sería un amor sin celos o celos sin amor
ninguna de las dos
sería posible. Los celos nacieron cuando el amor
despertó.
Mis humildes pensamientos me están dictando y así lo
estoy escribiendo:
“Los celos nacen del amor; si no hay celos no hay amor,
los celos son la
sombra del amor que juntos nacieron hasta extinguirse
los dos.”
¡Esa es mi opinión!
¿Qué opinas tú?
Mario Beer-Sheva
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.