Visitando una noche la
feria, de San Valentín, donde los enamorados
se hacen regalos entre si
.Me encontré con un grupo de gitanos, que
al son de la pandereta, guitarra,
zapateo y palmas, hacían rueda, para
disfrutar de una
gitana sin par.
La gitana bailaba con un
rápido movimiento de los pies, mientras sus
dos trenzas negras no
dejaban de mover. Sus brazos, como aspas
queriendo abrazar al
Señor, mientras su cintura le daba ritmo y color.
Sus ojos, muy negros por
cierto, no dejaban de brillar. Me asomé a
sus ojos y miré, en ellos la pasión, ardor ,el fuego de un
gran amor.
Nuestros ojos se
enfrentaron y fui yo el que bajó la mirada imposible
de mantener ante tanta
belleza ,si señor.
Yo comencé con un zapateo
,muy sencillo por demás, ella me contesto,
bajando la intensidad de su zapateo infernal.
Nuestro amor no fue a
primera vista, primero fueron nuestros cuerpos
que se enamoraron al son
de esa música que obnubila la razón.
Nuestras mentes ya no
funcionaban, éramos presos de nuestro amor.
Nuestra pasión nos
desbordaba, estábamos desmadrado los dos.
*Gitana, gitana mía, hace
muchos años que te busco y ya creía que no
existías ,que eras un
sueño que mi mente creo .Hoy que veo que eres
real te pido en matrimonio
ante tus amigos gitanos, que serán testigos
ante los hombres y Di-s .Dime
que eres libre para encadenarte a mi
amor, y que sea por toda
la vida con la venia del Señor*
*Caballero, que recién
conozco, y que también me impresionó .Le diré
que lo acepto porque lo
veo muy varón ,muy romántico y señor .Mis
amigos los gitanos, serán
testigos de nuestra unión y le aseguro que
soy libre porque esperaba
un caballero como vos.*
**En San Valentín**
Mario Beer-Sheva
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